De este lado del mundo, para los guaraníes, Ambá es el lugar "hacia donde fijar nuestra dirección", nuestro "propósito más alto". Del otro lado de la Tierra, en el extremo oriente de Rusia, para los indígenas Udegei Ambá es el tigre del amur: el felino más grande de la Siberia. También es la personificación del Espíritu del Bosque.
Pero Ambá, en Uruguay, es un grupo interdisciplinario impulsado por la intención de conservar la biodiversidad de las Sierras de Rocha. Trabaja desde hace dos años en educación ambiental, monitoreo de fauna y conservación de los montes nativos, entre otros aspectos.
Ambá nació en realidad hace ocho años, cuando varias familias decidieron comprar unas hectáreas en las sierras de Rocha para vivir en la naturaleza o vincularse a ella de una forma diferente. Fundaron una escuela alternativa (habilitada por la ANEP) y comenzaron a vivir en una reserva de flora y fauna. Hicieron un trabajo de control de caza, retiraron la ganadería y hace cuatro años una comisión de la comunidad comenzó a relevar la flora y fauna de sitio.
En el 2016 decidieron fundar Ambá con el propósito de trabajar no solamente en las hectáreas compradas sino en todo el corredor de las sierras de Rocha, que forma parte de un área protegida y donde "viven grupos con la misma visión, la de proteger, cuidar y regenerar". Si bien la comunidad inicial ya tiene el máximo de gente que puede aceptar, se han creado otros grupos similares en lugares cercanos.
Hoy en día trabajan en conjunto 15 predios en un total de 2.000 hectáreas para la conservación de la zona.
Maximiliano Costa, de Ambá, conto a Montevideo Portal que en el 2017 el grupo logró desarrollar varios proyectos. Uno de ellos es el de educación ambiental -para la gente que visita la zona y en especial para la escuela-, el monitoreo de fauna (con el proyecto Felinos de las Sierras) y la recuperación del monte nativo (combatiendo la invasión de la zarzamora, a la que sustituyen con yerba mate y otras plantaciones nativas perdidas).
Otras yerbas
En el 2013, el entonces presidente José Mujica dijo que en el país no había condiciones climáticas para plantar yerba, aunque destacó que "hay algunas variedades en la Quebrada de los Cuervos". "Desgraciadamente estamos alejados del clima óptimo para la yerba. Es un problema difícil de solucionar", manifestó, al referirse entonces a la dependencia de las importaciones.
Sin embargo, Costa explicó que en Uruguay el clima para plantar yerba mate "es propicio". En las sierras de Aiguá, por ejemplo, encontraron ejemplares de yerba de más de seis metros.
El integrante de Ambá aclara que aún no hay estudios como para saber si se puede comercializar a nivel productivo, pero sí se sabe ya que es posible una producción artesanal para vender a pequeña escala. "Sería una yerba quizá más cara pero es de regeneración, es nacional y ayudaría a todo esto", dijo.
Costa contó que en el primer año (2016) se dedicaron a recuperar dos o tres zonas de monte. Este año (2017) se comenzó la plantación a mayor escala (unas 500 plantas) y en el 2018 la idea es llegar a mil. Tras establecer si es viable una iniciativa productiva, plantean "extender el proyecto, construir un vivero y generar una cadena". También se hará un mapeo de la zona de todos los predios, para ver cuántos tienen yerba y que tamaño tienen los ejemplares.
A nivel mundial, las sierras de Maldonado y Rocha son el punto más austral en el que puede encontrarse la yerba mate.
Animales sueltos
Pero la flora (y especialmente el mate) no es la única preocupación de Ambá. En la zona hay una gran variedad de animales, especialmente mamíferos, que llevó a la creación del proyecto Felinos de las Sierras.
Centrado inicialmente en la presencia del margay (felino de tamaño parecido al del gato doméstico pero de aspecto similar a un leopardo), el proyecto se amplió gracias a la colocación de varias cámaras trampa y a la gran cantidad de registros obtenidos de felinos.
En el 2017 el margay fue avistado en muchos puntos de todo el corredor biológico que abarca el proyecto. Hubo al menos veinte avistamientos, que "permiten conocer un poco más del comportamiento y el hábitat de este animal en el país".
Maximiliano contó que se detectaron ya más de 16 mamíferos en la zona y que se hace un registro sistematizado de los avistamientos. "Nos aparece más el margay que el gato montés", explicó Costa, pese a que se cree que es más abundante el segundo que el primero en Uruguay.
"Se puede hacer un trabajo más fácil de registro de población gracias a los ocelos en la piel, que permite identificar los individuos", contó Costa, que aclaró que para este trabajo cuentan con la colaboración del Proyecto Yaguareté (Misiones, Argentina) y del Instituto Clemente Estable.
Llevando un registro minucioso año a año, se intentará identificar cuáles son las zonas con mayor presión de caza. Con el apoyo de la Dirección Nacional de Medio Ambiente, por ejemplo, se colocaron ya 73 carteles en los predios detallando la reglamentación de caza en Uruguay.
Actualmente, Ambá se financia con el apoyo de madrinas y padrinos, empresas, fondos internacionales y sus proyectos de ecoturismo. Por ejemplo, ofrecen la posibilidad de ser parte del proyecto por un fin de semana ("expediciones Ambá"), participar de las salidas de monitoreo de fauna y recorrer los senderos. En el futuro próximo, se ilusiona Costa, el mate podrá tener su propio recorrido turístico.
Martín Otheguy
Acerca de los comentarios
Hemos reformulado nuestra manera de mostrar comentarios, agregando tecnología de forma de que cada lector pueda decidir qué comentarios se le mostrarán en base a la valoración que tengan estos por parte de la comunidad. AMPLIAREsto es para poder mejorar el intercambio entre los usuarios y que sea un lugar que respete las normas de convivencia.
A su vez, habilitamos la casilla [email protected], para que los lectores puedan reportar comentarios que consideren fuera de lugar y que rompan las normas de convivencia.
Si querés leerlo hacé clic aquí[+]