El crecimiento de la vegetación en Oriente Próximo y el consiguiente cubrimiento de verde de grandes extensiones de desierto provocó un incremento reproductivo y la migración masiva de la mariposa cardera hacia Europa y África en 2019.
La mariposa cardera o vanesa de los cardos (Vanessa cardui) migra anualmente a través de varias generaciones sucesivas, completando ciclos migratorios entre África tropical y Europa de hasta 15.000 kilómetros de distancia.
Así lo demuestra un estudio liderado por investigadores del Instituto Botánico de Barcelona (IBB), en España, que descifró cómo estas mariposas llegaron a varios continentes.
Para ello, analizó, mediante el uso de técnicas de secuenciación masiva, el ADN de los granos de polen que cientos de mariposas transportaban en sus cuerpos en diez países distintos y durante siete meses del año 2019.
Así, los investigadores identificaron el polen de hasta 398 especies distintas de plantas, muchas de las cuales no se hallaban donde se recolectaron las mariposas, siendo estas originarias de regiones lejanas.
Estudiando las distribuciones de estas plantas y utilizando imágenes por satélite tomadas durante los últimos 20 años, los investigadores detectaron que los niveles de crecimiento de la vegetación en 2019 fueron excepcionalmente altos en Oriente Próximo, cubriendo de verde grandes extensiones de desierto.
Esta anomalía provocó que las mariposas, al tener tanta extensión de verde y alimentación, pusieran huevos en esas plantas.
Los análisis de polen demostraron que las mariposas recolectadas en Escandinavia habían visitado plantas típicamente mediterráneas o del este de Europa, mientras que las recolectadas en la península ibérica mostraban polen del norte del continente.
Con estos datos, y mediante técnicas estadísticas y de modelización ecológica, los investigadores pudieron generar mapas probabilísticos de las rutas que las distintas generaciones fueron realizando por Europa.
Los movimientos migratorios de algunos insectos tienen una gran importancia ecológica como polinizadores, para la transferencia de biomasa a los suelos, como alimento para otras especies, como posibles plagas agrícolas o forestales, o bien como posibles transmisores de parásitos.
No obstante, estos movimientos pasan habitualmente desapercibidos y no existen protocolos establecidos para monitorearlos sistemáticamente.
"Los resultados demuestran la interconectividad entre nuestras fronteras y ecosistemas. Las explosiones demográficas de insectos que ocurren en un lugar pueden tener consecuencias en otras regiones y momentos, debido a su posible migración", aseguró Gerard Talavera, científico titular del IBB y líder del estudio.
El trabajo también resalta la importancia de la ciencia ciudadana, con cientos de observadores de distintos países que registraron sus hallazgos en plataformas digitales y que, analizados en su conjunto, corroboraron los resultados de los investigadores obtenidos a través de los análisis de polen.
"Solo mediante la observación colectiva y coordinada entre observadores de distintos países será posible obtener una visión completa del fenómeno de la migración", concluyó Talavera.
EFE
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