La sonda europea Solar Orbiter, cuyo objetivo es estudiar el Sol, marca este sábado un hito al acercarse a solo 48 millones de kilómetros de la estrella, un momento que registrará con sus diez instrumentos y cámaras de observación, aunque los datos tardarán semanas en ser descargados y analizados.
“Es la primera vez que la misión va a estar tan cerca, a menos de un tercio de la distancia del Sol a la Tierra”, indicó a EFE el astrofísico de la Universidad de Alcalá (Madrid) Javier Rodríguez-Pacheco, investigador principal del Detector de Partículas Energéticas (EPD), uno de los instrumentos de Solar Orbiter.
El momento de máximo acercamiento está previsto a las 11:49 horas (8:49 de Uruguay), señala el científico, y la distancia será de 0,3 unidades astronómicas, la distancia que separa la Tierra del Sol, casi 150 millones de kilómetros. Nunca una cámara estuvo tan cerca de nuestra estrella.
Lanzada en febrero de 2020, la nave de la Agencia Espacial Europea ya ha alcanzado su órbita definitiva y, tras su primer perihelio de hoy, este se repetirá cada seis meses. Durante su próximo paso cercano al Sol, en octubre, llegará incluso un poco más cerca, a unos 42 millones de kilómetros.
En cada una de sus aproximaciones, Solar Orbiter estará más cerca del Sol que Mercurio, pero como esta es la primera “estamos muy emocionados”, reconoce Rodríguez-Pacheco.
Abiertos a todo
Solar Orbiter marcó su primer récord en 2020, cuando estuvo a 77 millones de kilómetros de la estrella, pero ahora, con una mayor cercanía, las imágenes y datos que recoja serán más precisos.
En aquel momento, los científicos descubrieron que cerca de la superficie del Sol se producen unas minierupciones a las que llamaron de manera informal “hogueras” o “fogatas”, aún en estudio.
Rodríguez-Pacheco no descarta que en esta nueva aproximación se descubran cosas inesperadas: “Estamos abiertos a todo. Siempre que mandas una misión con una instrumentación que nunca había estado allí antes puedes esperar cualquier cosa”.
Solar Orbiter tiene entre sus objetivos empezar a dar respuestas a algunas incógnitas, por ejemplo, cómo se acelera el viento solar, que es el flujo continuo de partículas energéticas que emite la corona solar, su atmósfera exterior, o por qué está muchísimo más caliente que la superficie.
La gran cantidad de datos que recoja la nave tardará, al menos, dos semanas en descargarse en la Tierra.
Solar Orbiter no será la nave que más se aproxime al Sol, pues ese honor correspondió el pasado diciembre a la sonda de la Nasa Parker Solar Probe, que llegó a algo más de cinco millones de kilómetros y voló a través de su corona, pero la gran diferencia es que la misión europea lleva cámaras para mirar a la estrella, destacó Rodríguez-Pacheco.
Una resolución jamás vista
“Tenemos la intención de poder observar el Sol con una resolución que jamás habíamos visto”, para lo que los diez instrumentos que forman la equipación estarán funcionando.
Uno de ellos es el EPD, cuyo investigador principal es Rodríguez-Pacheco, que tiene como misión estudiar la composición, los flujos y las variaciones de las partículas energéticas emitidas por el Sol, para poder predecir con más antelación las tormentas solares.
El Sol está teniendo cada vez más actividad y el EPD mide precisamente las partículas energéticas producto de ella, lo que sumado a la cercanía de la sonda permite observar “detalles tan finos que en la Tierra se nos escapan”.
Solar Orbiter continuará en su órbita hasta 2025 cuando empezará a levantarse de la eclíptica, el plano donde orbitan los planetas, para ir subiendo gradualmente y poder observar, por primera vez, los polos de nuestra estrella.
Con base en EFE