La capacidad de uso del lenguaje y la cognición social son las dos capacidades esenciales que diferencian a los humanos del resto de primates, pero hasta ahora no se sabía que esa conexión entre ambos se producía a un nivel tan elemental del lenguaje en todos los idiomas, con los demostrativos.

Un estudio dirigido por la española Paula Rubio-Fernández, investigadora del Instituto Max Planck de Psicolingüística (Holanda) y recogido este lunes por la revista científica Proceedings, de la Academia Nacional de Ciencias Estadounidense, ha demostrado que la relación entre el lenguaje y la cognición social ya tiene lugar cuando elegimos entre “este”, “ese” o “aquel”.

Fernández y sus colegas utilizaron modelos computacionales y experimentos con hablantes de 10 idiomas distintos para investigar esta cuestión.

Los participantes hicieron varias pruebas a través de ordenador en las que debían pedirle a otra persona, en su lengua materna, que les pasase un objeto, por ejemplo “necesito ese cuenco”.

En la imagen que venían, el oyente estaba mirando el objeto deseado, o miraba a otros cuatro objetos (más cerca o más lejos del objetivo).

Pues bien, los investigadores vieron que los participantes utilizaban un demostrativo u otro para pedir el objeto en función de dónde percibían que estaba poniendo su atención el oyente, es decir, les decían “necesito este o necesito aquel” en función de hacia dónde miraba.

Y eso mismo ocurría en los 10 idiomas estudiados.

“Constatamos que la capacidad de combinar el lado espacial y la parte social se produce a un nivel muy sencillo del lenguaje, que palabras que se aprenden muy temprano, como los demostrativos”, ha explicado Rubio-Fernández a EFE.

El hallazgo parece indicar que la capacidad de vincular el lenguaje con la cognición social en la comunicación podría haber surgido en los humanos mucho antes de lo que se pensaba, al darse ya en el pronunciamiento de palabras sencillas para señalar una u otra cosa en todos los idiomas.

EFE