Por The New York Times | Rachel Nuwer
En los últimos años, la MDMA, también conocida como éxtasis o Molly, se ha asociado cada vez más con la terapia y la curación, y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos podría aprobarla el año que viene para tratar el trastorno de estrés postraumático. En julio, Australia se convirtió en el primer país en hacer de la MDMA un medicamento de venta con receta.
Sin embargo, al igual que el cannabis y otros psicodélicos, la MDMA también es una droga recreativa, y se calcula que veinte millones de personas en todo el mundo la consumieron fuera de un entorno legal y clínico en 2021. Las encuestas nacionales en Estados Unidos estiman que el 7,5 por ciento de los estadounidenses mayores de 12 años han probado el éxtasis al menos una vez.
A medida que la MDMA avanza hacia una aprobación médica más amplia, algunos expertos predicen que la popularidad recreativa de la droga también crecerá. Como ocurrió con el cannabis, “el consumo recreativo de MDMA podría aprovechar la medicalización”, afirmó Russell Newcombe, investigador independiente sobre drogas en Liverpool, Inglaterra.
Antes de su aprobación, hemos pedido a médicos y expertos que nos expliquen los riesgos asociados al consumo recreativo de MDMA y cómo reducirlos.
¿Qué es la MDMA?
La metilendioximetanfetamina (MDMA) es una droga psicoactiva sintética desarrollada y patentada por primera vez por la empresa farmacéutica alemana Merck en 1912. Tras ser resintetizada a mediados de la década de 1970 por Alexander Shulgin, un químico psicodélico del área de la bahía de San Francisco, la MDMA empezó a ganar popularidad entre los terapeutas que la utilizaban junto con la terapia conversacional.
A principios de la década de 1980, la MDMA se había convertido en una popular droga de fiesta. En 1985, la Administración para el Control de Drogas incluyó la MDMA en la Lista I de drogas estrictamente prohibidas por no tener un uso médico aceptado en la actualidad y por su alto potencial de abuso. La mayoría de los países siguieron su ejemplo y penalizaron la MDMA.
¿Qué tan peligrosa es la MDMA?
A pesar de estar clasificada por la DEA, la MDMA se considera una de las drogas ilegales más seguras. Aun así, consumirla fuera de un entorno clínico puede ser peligroso. En 2020, se produjeron cerca de 3211 visitas a urgencias relacionadas con la MDMA en todo Estados Unidos, según la Administración de Servicios de Salud Mental y Abuso de Sustancias.
Las muertes relacionadas con la MDMA ocurren, aunque son mucho menos frecuentes que las causadas por otras drogas legales e ilegales, como el alcohol o la cocaína, afirmó Matthew Johnson, profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento en la Facultad de Medicina de la Universidad Johns Hopkins.
Nadie sabe hasta qué punto son poco frecuentes, porque no existen datos fiables, explicó Carl Hart, neurocientífico de la Universidad de Columbia. “Gran parte de los individuos cuyas muertes se etiquetan como ‘relacionadas con drogas’ tienen varias de ellas en su organismo, lo que dificulta separar los efectos de una droga y otra, incluyendo los efectos letales”.
Para complicar las cosas, en Estados Unidos se suelen agrupar las muertes relacionadas con la MDMA con las de drogas más peligrosas. En el Reino Unido, donde alrededor de medio millón de personas consumen MDMA cada año, las autoridades informan de un promedio de casi 60 muertes anuales relacionadas con la MDMA, y en la mayoría están implicadas otras sustancias. Los riesgos físicos
Muchos de los riesgos para la salud de la MDMA están relacionados con que es un derivado anfetamínico, comentó Matthew Baggott, neurocientífico y director general de Tactogen, una empresa de ciencias de la vida que desarrolla moléculas similares a la MDMA para uso médico. La MDMA aumenta el ritmo cardiaco y la presión sanguínea. También hace que el cuerpo se caliente más y, al mismo tiempo, reduce su capacidad de liberar calor.
Por este motivo, la hipertermia o sobrecalentamiento, puede producirse en determinados entornos, como discotecas donde la gente puede bailar durante horas en un ambiente caluroso sin descansos ni agua, detalló Matthias Liechti, profesor de Farmacología Clínica del Hospital Universitario de Basilea, Suiza. Las señales de hipertermia incluyen enrojecimiento, escalofríos y falta de sudoración, así como desorientación. El riesgo de sobrecalentamiento aumenta si se consume demasiada MDMA o se mezcla con alcohol u otras drogas, explicó Baggott.
Otro problema menos frecuente, pero también potencialmente mortal, es la sobrehidratación. Esto suele ocurrir cuando un consumidor de MDMA se preocupa demasiado por deshidratarse, señaló Johnson, y empieza a beber agua “de manera obsesiva para contrarrestarlo”.
La MDMA provoca retención de líquidos, por lo que beber demasiada agua puede provocar hiponatremia, o niveles de sodio en sangre por debajo de lo normal. Esto, a su vez, puede causar edema cerebral, una afección potencialmente mortal en la que se hinchan las células cerebrales. Es más probable que las mujeres consumidoras de MDMA sufran hiponatremia debido a los efectos hormonales naturales adicionales. Un análisis de 2013 encontró 25 informes de hiponatremia relacionada con el éxtasis, casi todos de mujeres cuya edad oscilaba entre los 15 y los 30 años, y más de la mitad fueron fatales.
No hay consenso sobre cuánta agua es demasiada, agregó Baggott, pero según una investigación que publicó en 2016, una cantidad peligrosa podría ser “cerca de dos litros, si se bebe rápidamente”.
Para evitar esos problemas, los usuarios deben “beber mucha agua horas antes de tomar MDMA para comenzar bien hidratados”, aclaró. Como la MDMA no provoca deshidratación, una vez hidratado, el consumidor no necesitaría más líquido, añadió, sino solo el suficiente para reponer el que se pierde por la sudoración o los vómitos, que ocurren a veces.
Los riesgos psicológicos
La MDMA no crea adicción de la misma manera en que lo hacen drogas como la cocaína o la metanfetamina, en parte porque, cuanto más la toma una persona, “menos se siente bien”, aseguró Julie Holland, psiquiatra en la ciudad de Nueva York, autora de “Good Chemistry” y proponente de la terapia con MDMA. No obstante, algunas personas consumen la droga en exceso. Las personas que toman MDMA semanal o incluso mensualmente a veces manifiestan ansiedad, problemas de memoria y depresión.
Estos síntomas suelen desaparecer cuando la persona deja de consumir la droga con frecuencia, comentó Holland. “La regla general es tomarla por temporadas, solo una vez cada tres o cuatro meses como máximo”.
A diferencia del LSD o la psilocibina, la MDMA no suele conllevar el riesgo de experiencias mentales aterradoras como la disolución del ego, dijo Johnson. Pero a veces desencadena pánico y ansiedad, y en quienes han sufrido traumas puede revivir recuerdos perturbadores. “Los malviajes con MDMA suelen ser desesperación emocional”, afirmó Johnson.
La MDMA también puede causar vulnerabilidad emocional, por lo que los consumidores deben cuidar dónde toman la droga y con quién, señaló Liechti. “Si vas a consumirla, lo ideal es hacerlo con gente conocida y en la que confíes”. A medida que los países legalizan el uso terapéutico de este psicodélico, es probable que el consumo recreativo de éxtasis se generalice. (Ana Miminoshvili/The New York Times)