Algunas zonas profundas de la Gran Barrera de Coral en Australia están aisladas de las dañinas olas de calor, pero esa protección se perderá si continúa el calentamiento global.
Esta es la principal conclusión de un trabajo publicado este lunes en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences PNAS, dirigido por las universidades de Exeter y Queensland; en él se examina cómo influye el cambio de temperaturas a los corales mesofóticos (entre 30 y 50 metros de profundidad).
Las proyecciones sobre el impacto del cambio climático en los arrecifes de coral suelen basarse únicamente en las temperaturas de la superficie del mar.
Pero este enfoque no tiene en cuenta la estratificación térmica del agua oceánica: el agua caliente y flotante se asienta sobre el agua profunda, fría y densa, aislando esta segunda de los cambios de temperatura.
Esta estratificación puede aislar a los arrecifes de las olas de calor superficiales, pero esta protección se perderá si el calentamiento global supera los 3 grados por encima de los niveles preindustriales, concluyen los investigadores.
Si fuera así, las temperaturas del agua en la zona mesofótica podrían superar los 30 grados, un umbral de mortalidad reconocido para los corales, explica un comunicado de Exeter: el cambio climático puede afectar, por tanto, a las temperaturas oceánicas incluso a estas profundidades, amenazando la vida de los corales.
Esto no significa necesariamente que todos los corales morirían, pero sí que el arrecife entraría en "un estado de estrés" que aumentaría la mortalidad y posiblemente provocaría su colapso.
"Los arrecifes de coral son el canario en la mina de carbón que nos advierte de las numerosas especies y ecosistemas afectados por el cambio climático", señala Jennifer McWhorter, quien añade: "La decoloración de los corales es un signo dramático del impacto que los humanos estamos teniendo en el planeta".
Para calcular sus proyecciones sobre el calentamiento de los arrecifes mesofóticos, el equipo tuvo en cuenta factores como el viento y la mezcla del agua por las mareas, así como las complejidades locales.
Según sus proyecciones, para 2050-60 las temperaturas del fondo de la Gran Barrera de Coral (30-50 metros) aumentarán entre 0,5 y 1 grados si las emisiones de gases de efecto invernadero previstas son más bajas, y entre 1,2 y 1,7 grados si las emisiones son más altas.
El estudio ofrece tanto una esperanza como una advertencia, resumen los autores: la esperanza de que algunos arrecifes son resistentes a los niveles actuales de cambio climático y la advertencia de que esta resistencia tiene sus límites.
Los investigadores afirman que podrían darse patrones similares en otros arrecifes del mundo, pero las condiciones locales harían que varíe el grado en que los refugios de coral de aguas más profundas existen y permanecen aislados de las olas de calor superficiales. EFE
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