La Agencia Espacial Europea (ESA) está negociando con la NASA para conseguir que, dentro del programa Artemis que tiene programado su primer lanzamiento de prueba la semana próxima, pueda haber astronautas europeos en la Luna "antes del fin de esta década".

Eso depende de las discusiones con la NASA que se van a llevar a cabo en los próximos meses, destacó este martes el director general de la ESA, el austríaco Josef Aschbacher, que en una conferencia de prensa en línea dijo que también pesará lo que decidan los ministros europeos en la conferencia que celebrarán en noviembre.

Aschbacher tiene intención de pedir a los países miembros de la ESA una partida de 3.000 millones de euros para la exploración humana y robótica, y a su juicio "eso es crucial en nuestras discusiones con la NASA".

Tampoco está decidido quiénes serán los tres primeros astronautas europeos que se enviarán a la Luna.

Artemis es el programa internacional liderado por Estados Unidos como sucesor de Apolo, que llevó al hombre a la luna por primera vez en 1969 y al que se puso fin en los años 1970. Su primera misión se desarrollará con el lanzamiento de la nave espacial Orion programada desde el Centro Espacial Kennedy en Florida el próximo lunes.

Diez países europeos, entre ellos España, participan en este programa con un módulo integrado por 22.000 componentes que impulsará la nave espacial Orión de la NASA construido por Airbus (3.000 de sus empleados están implicados) y por otras 60 empresas europeas.

PRIMERAS MISIONES CON ASTRONAUTAS HACIA 2025

Hasta ahora, se han encargado seis unidades de ese Módulo de Servicio Europeo (ESM) que proporcionará propulsión, energía y regulación térmica a Orión y que, desde que se desarrollen las primeras misiones habitadas (hacia 2025), también ofrecerá a los astronautas agua y oxígeno.

Aschbacher hizo hincapié en que sin el ESM, la NASA no podría llevar a los astronautas a la Luna, y esa responsabilidad y el carácter "esencial" de ese equipamiento ilustra que, después de décadas de fuerte colaboración con la agencia estadounidense, con Artemis se ha pasado a "una nueva etapa".

España tiene una participación pequeña, pero relevante en términos cualitativos, ya que se encarga de la unidad electrónica que gestiona la distribución de los comandos para cada subsistema (por ejemplo para la climatización) que se fabrica en la planta que tiene Airbus en la ciudad madrileña de Tres Cantos, la antigua CRISA.

Desarrollar el primer ESM ha tenido un costo de 650 millones de euros y el paquete de los seis primeros para los que ya está formalizado el contrato de unos 2.100 millones de euros.

AIRBUS DEBE PREPARAR UN MÓDULO CADA AÑO

El compromiso plenamente asumido por Airbus es tener disponible un nuevo módulo cada año.

Su responsable para los sistemas espaciales, Jean-Marc Nasr, hizo hincapié en que es la primera vez que la NASA acepta la participación de una empresa no estadounidense para una unidad tan importante de una de sus naves espaciales. Para eso -agregó- están trabajando "codo con codo" con el fabricante de Orion, el estadounidense Lockheed Martin.

Para el director general de la ESA, "estas inversiones en misiones históricas ofrecerán muchas capacidades para los países implicados", en particular en términos de desarrollo tecnológico. "Europa -destacó- forma parte de la vuelta a la Luna, y eso es enorme".

En términos científicos, Artemis, que es una misión puramente civil sin ninguna dimensión militar, puede aportar, sobre todo, un mejor conocimiento de la historia de todo el sistema solar, destacó el organismo europeo.

La ESA confía también en que permita avanzar en la verificación de la presencia de agua, determinar de dónde viene. Igualmente, debe servir como plataforma para la exploración de astros más lejanos, gracias a la experiencia que se acumulará con los vuelos habitados y con la posible instalación de un telescopio espacial.

EFE