Organizaciones y gobiernos se reunieron para coordinar acciones ante el avance de la caza de ballenas que pretende legalizarse en la próxima Comisión Ballenera Internacional. Entre ellas se encuentra la Organización de Conservación de Cetáceos de Uruguay.

Japón propone establecer en la próxima reunión de la Comisión Ballenera Internacional (IWC en inglés), un comité dedicado a la caza "sostenible" de ballenas (incluida la caza comercial de ballenas y de subsistencia aborigen).

El país asiático argumenta que "la Convención persigue el objetivo de garantizar la conservación de todas las especies de ballenas y, al mismo tiempo, permitir su explotación sostenible".

"Argumentan usando nuevamente el concepto de la ciencia para ensuciar la conservación, diciendo textualmente: ‘la ciencia es clara: hay ciertas especies de ballenas cuya población es lo suficientemente saludable como para ser cosechadas de manera sostenible'", explicó la OCC en un comunicado.

El 1 y 2 de agosto, gobiernos y organizaciones de 10 países del Grupo Buenos Aires (América Latina y El Caribe) se reunieron para intercambiar puntos de vista y fortalecer la cooperación, invitados por la Cancillería chilena y el Centro de Conservación Cetácea CCC. Se debatieron resoluciones y propuestas a presentar por diversos países en la próxima CBI, que se celebra en Florianópolis, del 10 al 14 de septiembre.

La propuesta de Japón ya mencionada se llama "The Way Forward of the IWC". Según expresó el Centro de Conservación Cetácea y Ecocéanos de Chile, en respuesta a la iniciativa, no existen poblaciones "saludables" de ballenas tal como se argumenta para su caza. "Y los aborígenes que sobreviven gracias a las ballenas son rara excepción, la subsistencia alimentaria no depende de las ballenas", expresan.

Ya son 32 años de vigencia de la moratoria a la caza comercial de ballenas como hito de conservación mundial, pero sin embargo apelando a un "hueco jurídico" de la CBI (Art. 8), Japón realiza cacería "científica" bajo cuotas asignadas por la CBI, señala el grupo. "Y esto es, lo que desde entonces ha tratado de legitimar, contraviniendo incluso la prohibición dictaminada por la Corte Internacional de Justicia en 2014", agrega.

La Organización para la Conservación de Cetáceos OCC estuvo presente en el encuentro y se alineó con las demás organizaciones latinoamericanas que emitieron una declaración propia firmada por el Instituto de Conservación de Ballenas ICB y Fundación Cethus de Argentina, PROMAR de Costa Rica, Human Society International y el Instituto Ballena Yubarta IBJ de Brasil,
Centro Conservación Cetácea y Ecocéanos de Chile.

Documento

El documento es el resultado del análisis llevado a cabo en una reunión de coordinación realizada el 30 de julio, organizada por el Centro de Conservacion Cetácea.

El grupo expresó que desde la adopción de la moratoria global sobre la caza comercial de ballenas a principios de la década de 1980, el trabajo de la CBI ha evolucionado hacia la conservación y el uso no letal de todas las especies de ballenas, incluidos los pequeños cetáceos.

"Sin embargo, la presión de una minoría de países balleneros amenaza con obstaculizar este proceso de evolución, con el fin de mantener a la CBI rehén de sus intereses obsoletos y arcaicos", señalan. Originalmente, la CBI se creó para el ordenamiento de la cacería de ballenas y luego persiguió el objetivo de garantizar la conservación de todas las especies de ballenas y, al mismo tiempo, permitir su explotación sostenible.

"Si bien muchas poblaciones y especies de cetáceos se encuentran en recuperación aún permanecen muy debajo de los niveles pre explotación comercial. Esta recuperación no debería ser tomada por las naciones balleneras como una posible puerta que se abre para reanudar las capturas comerciales ya que la situación de los océanos no es la misma a la pre-moratoria. Y, de hecho, la abultada agenda del Comité de Conservacion con un número creciente de Planes de Manejo de la Conservacion de especies y poblaciones, la incorporación continua de temas, tales como captura incidental, colisiones, enmallamientos, ruido oceánico de origen antrópico, redes fantasma, entre otros, demuestra que los esfuerzos de cooperación internacional tienen que orientarse a disminuir las amenazas que enfrentan los cetáceos en los océanos", continúa el grupo.

Las organizaciones llamaron a "recuperar nuestros sobrexplotados y contaminados mares y océanos", ya que "resulta clave para la vida en el planeta, la seguridad alimentaria y fortalecer a las comunidades costeras".

"Para que la CBI siga evolucionando es necesario contar con un sólido bloque de países decididos a defender la moratoria proactivamente y a cerrar los vacíos legales que permiten por ejemplo la continuidad de las capturas bajo permisos especiales", apuntan.

El Grupo Buenos Aires (GBA) se convirtió en los últimos 15 años "en el principal bloque de países fuertemente comprometidos en este proceso evolutivo y de modernización de la CBI".
Según expresan, el Grupo "ha sido clave para defender el derecho de nuestras naciones al uso no letal y no extractivo de las ballenas; a instalar la importancia del turismo de avistaje de ballenas para el desarrollo de nuestras comunidades costeras".

Estos países buscan ahora que la próxima reunión de la CBI sea "una oportunidad para crear un nuevo paradigma donde los cetáceos en general no se consideran un recurso marino sino un componente clave para mantener y restituir la productividad de los océanos".

Aun así, advirtieron de los problemas que presentan las restricciones presupuestarias para sostener sus membresías y la bianualidad de los encuentros, que sacan continuidad al trabajo.

Llamaron a crear una agenda regional y una "estrategia de largo plazo de carácter integral que asegure la conservación de las poblaciones de ballenas, en estrecha colaboración con la sociedad civil, comunidades costeras y científicos que, a su vez, fortalezca la voz y proteja los intereses de América Latina y el Caribe en una CBI en transformación".

En el caso que no sea posible avanzar con los objetivos propuestos, el Grupo podría llegar a evaluar una posible salida en bloque de la CBI y establecer un acuerdo de cooperación regional para la conservación de los cetáceos de América Latina y el Caribe.

"La Declaración de Florianópolis, presentada por el gobierno de Brasil, podría ser a nuestro entender un punto de partida para reflotar esta estrategia que permita una evolución por la defensa de la vida en los océanos", señalaron.