El gran cetáceo fue visto varias veces en las últimas horas en el estuario del Sena.

El primer avistamiento fue sobre el mediodía del miércoles cerca del puerto de Honfleur, y horas más tarde en el Puente de Normandía. En la arde del domingo se detectó su presencia también en Tancarville, lo que demuestra que nadó aguas arriba.

El animal, que parece una ballena jorobada, según notifico  la prefectura de Sena Marítimo en un comunicado, texto en el que recordó que esa especie protegida está presente "regularmente" frente a las costas atlánticas francesas, pero su presencia es "bastante infrecuente a nivel local".

“Según las imágenes estudiadas, el animal nada con normalidad, incluso con bastante rapidez, y no muestra ninguna incapacidad”, detalla el envío. La capitanía del puerto de Rouen emitió rápidamente un aviso de navegación invitando a la precaución y a informar de cualquier presencia del mamífero marino y de su ubicación. La vigilancia estará a cargo de los pilotos de los barcos y de los transbordadores del Sena.

Además de este seguimiento, se inició el contacto con los miembros del grupo de trabajo sobre mamíferos marinos en peligro creado por el Ministerio de Transición Ecológica.

Según consigna el periódico Le Parisien, la Prefectura también pidió a expertos del país "que apoyen la gestión de esta presencia inusual y tomen, en caso necesario, las medidas adecuadas", y encareció a toda la población a "no intentar acercarse al animal".

La ballena jorobada mide entre 11,5 y 15 metros y pesa entre 25 y 30 toneladas según la Comisión Ballenera Internacional, que especifica que es una de las especies de ballenas más observadas y mejor estudiadas. Presente en todos los océanos y en muchas zonas turísticas costeras, es conocido por su "comportamiento activo en la superficie", que es espectacular, ya que puede saltar del agua y golpear la superficie del agua con sus aletas pectorales o con su cola.

En agosto de 2022, una ballena beluga “bastante demacrada” fue avistada en el Sena, cerca de una esclusa a 70 km de París, sólo unos meses después de que una orca fuera encontrada muerta de hambre en el Sena después de que se la viera en dificultades entre Rouen y Le Havre. Después de días de vagar y sufrir, la beluga fue sacrificada.