Parafraseando una cita apócrifa de Fray Luis de León, “decíamos ayer” que un colectivo feminista con sede en Alemania había lanzado un proyecto singular: un vehículo espacial con forma de vagina.
Desde la página What is feminism today? (¿Qué es el feminismo hoy?) la agrupación germana Wer Braucht Feminismus (¿Quién necesita feminismo?) presentó en febrero la mencionada iniciativa.
Como forma de concretarlo, llevaron adelante una campaña virtual de recolección de firmas en la plataforma Change,org. Según explican allí, en caso de sumar medio millón de rúbricas digitales, conseguriian que la Agencia Espacial Europea tomara en consideración la propuesta.
Su prototipo con forma de vulva era, según ellas, más aerodinámico que cualquier otro diseño con “forma de pene” que cualquier otro vehículo espacial diseñado hasta ahora, y su menor resistencia al aire hará que consuma menos combustible a la hora de salir de la atmósfera, por lo que será más ecológico.
“Las pruebas en nuestro túnel de viento han revelado que nuestro diseño único de vulva es mucho más efectivo que los cohetes tradicionales. La forma es sorprendentemente aerodinámica, creando mucho menos arrastre cuando el vehículo atraviesa la atmósfera terrestre. Debido a esta forma de V optimizada, garantiza la máxima eficiencia de combustible y el exterior está hecho de carbono reforzado, permitiéndole soportar las temperaturas más extremas”, detallaban.
Desde entonces, la campaña de recolección de firmas funcionó más bien regular: continúa abierta y al momento de redactarse la presente sólo reunió 1.202 voluntades.
Sin embargo, el verdadero objetivo de la campaña se consiguió con creces: la visibilización global del proyecto.
En rigor, el supuesto proyecto espacial no habría sido más que un subterfugio, como el afiche que promete en letras enormes “cerveza gratis” y en caracteres más pequeños añade “ahora que tengo su atención…”
En un video difundido en Twitter esta misma semana, Jasmin Mittag, líder del proyecto, explicaba su verdadero cometido.
Tras agradecer a los internautas el apoyo y las firmas en la campaña, Mittag destacaba que el tema en cuestión no era un nuevo vehículo o viaje espacial, sino poner el foco en los verdaderos problemas de la humanidad, que están en la Tierra. Y enumeraba una lista vasta pero incompleta de lsa situaciones a corregir en el planeta: racismo, desigualdad, crisis climática, inseguridad, acoso sexual, techo de cristal, etcétera.
En el clip se destacaban las enormes desigualdades de género que -a pesar de avances puntuales y localizados- siguen predominando en el mundo. A modo de ejemplo, se señalaba que sólo el 25% de las parlamentarias en el mundo son mujeres.
Y de regreso al cosmos, la carrera espacial no es una excepción. En la actualidad, la Agencia Espacial Europea tiene sólo una astronauta en servicio activo: la italiana Samantha Cristoforetti, quien cobrara notoriedad gracias su trabajo en la Estación Espacial Internacional.