El portaaviones norteamericano Wasp fue hundido el 15 de setiembre de 1942, 500 kilómetros al sureste de Guadalcanal, alcanzado por torpedos de un submarino japonés.
El navío fue avistado por primera vez en 76 años, el 14 de enero de 2019 por un equipo de investigadores de The Research Vessel Petrel, constituido por exploradores, historiadores, buceadores y pilotos de sumergibles, quienes navegan a bordo del Petrel, una nave originalmente construida para el mantenimiento de explotaciones petroleras subacuáticas.
El equipo viene buscando restos de buques de guerra norteamericanos desde 2017, por orden de Paul Allen, cofundador de Microsoft, que murió en octubre y albergaba el sueño de encontrar a esos barcos como forma de homenajear a su padre, quien sirvió en la armada estadounidense en la Segunda Guerra Mundial.
Los trabajos de Petrel ya permitieron dar con los restos del portaaviones USS Hornet (CV-8), los del acorazado USS Indianapolis y los del portaviones USS Lexington. Todos hundidos por los japoneses en el teatro del Pacífico.
El Wasp fue el octavo buque de la armada estadounidense en portar este nombre y fue el único de su clase. Fue construido para aprovechar al máximo el tonelaje permitido a los Estados Unidos según lo estipulado en el Tratado naval de Washington para portaaviones.