El Estado neerlandés va a ser objeto de una acción judicial para obligarlo a proteger a los habitantes de la isla de Bonaire, en el Caribe, contra la subida de las aguas, declaró el miércoles la organización medioambiental Greenpeace.
Greenpeace y los habitantes del pequeño territorio neerlandés planean presentar el caso ante el tribunal de distrito de La Haya a finales de este año, después de un estudio que pone en evidencia los peligros del cambio climático para la isla, anunció la organización.
Si las emisiones mundiales no se reducen significativamente, el aumento de las aguas podría consumir hasta una quinta parte de Bonaire a finales de siglo, según una investigación publicada el miércoles por Greenpeace y la Universidad Libre de Ámsterdam.
El arrecife coralino, muy popular entre los buceadores —y que protege a Bonaire contra las inundaciones— podría desaparecer, al igual que las infraestructuras fundamentales de la isla.
Incluso con temperaturas globales que aumenten 1,4ºC, gran parte del sur de la isla se inundará irrevocablemente, según el estudio.
Considerando que el gobierno "descuida" el deber de proteger la isla contra las inundaciones, la destrucción de las costas y otras consecuencias mortales de la crisis climática, "Greenpeace y los isleños están actuando y acudiendo a los tribunales para hacer cumplir la acción climática en Bonaire", indicó Faiza Oulahsen, responsable de clima y energía de la rama holandesa de Greenpeace.
Bonaire es una de las antiguas colonias de los Países Bajos en el Caribe. En 2010 se convirtió en uno de los tres municipios especiales de los Países Bajos, junto con Saba y San Eustaquio, mientras que las islas de Curazao, Aruba y San Martín son estados autonomos dentro del Reino de los Países Bajos.
"Los holandeses son los mejores para proteger y mantener su costa seca" gracias a sus presas contra tormentas y miles de kilómetros de diques, destaca Oulahsen.
Ahora bien, "si miran al Caribe, no hay absolutamente nada", se indigna ante AFP.
La primera etapa judicial, una citación dirigida al gobierno neerlandés, se preparará en los próximos meses, anunció.
"Lo que hace que este caso sea único es que no se trata sólo de exigir reducciones de CO2, sino también de saber lo que el gobierno hará para garantizar la seguridad de las islas", explicó Oulahsen, esperando que el caso pueda ser usado como modelo para otras comunidades.
AFP