Greenpeace instó este miércoles al gobierno griego a detener los estudios sísmicos y la exploración de hidrocarburos en todas sus aguas territoriales debido al peligro que conllevan para la vida marina, especialmente para los cetáceos, pues estas operaciones mineras los pueden desorientar y provocar su muerte.
Las nuevas quejas llegan a raíz de la presencia del buque de exploración sísmica "Sanco Swift" en Creta, donde se encuentra desde hace unos días y cuyo objetivo es realizar un estudio para explorar la presencia de hidrocarburos en la zona.
En un comunicado, la organización critica además la opacidad y el secretismo tanto por parte del Estado como de las empresas participantes, algo que, dice, "lamentablemente no ha cambiado" desde la situación en febrero pasado, cuando varias ballenas quedaron varadas en una zona de investigación sísmica, algunas de las cuales acabaron pereciendo.
"Existe una seria posibilidad de que los estudios sísmicos que probablemente se están realizando en este momento frente a Creta sean tridimensionales y no bidimensionales", señala Greenpeace, y agrega que se desconoce si ha habido un acuerdo al respecto entre el Gobierno y EDEY, la compañía de gestión de hidrocarburos griega.
Este tipo de investigaciones no solo implican la omisión de una etapa del proceso, sino que además puede acarrear una carga ambiental aún mayor, según dice.
El hecho de que estos estudios se realicen en otoño e invierno se justifica con la poca presencia de animales marinos durante este periodo, algo desmentido por un estudio audiovisual de Greenpeace, que observó una enorme presencia de cetáceos en el Mediterráneo en esta época, incluida la Fosa Helénica, sitio de interés para las empresas extractoras ExxonMobil y HELLENiQ Energy.
La ONG recalca que las exploraciones sísmicas y las actividades mineras conllevan un gran peligro para la vida marina, que pueden llegar a desorientar e incluso matar a los animales.
Además, se queja de la enorme contaminación que se desprende durante la minería, transporte y combustión del gas natural, cuya extracción no ayudará a paliar la crisis energética porque sucederá "en 2029 como muy pronto".
Tras el incidente de febrero, en el que una ballena murió en una playa de Atenas y otros cetáceos quedasen varados en la isla de Corfú, el Ministerio griego de Medio Ambiente y Energía ordenó el cese inmediato de los estudios sísmicos en la zona tras las quejas de 15 organizaciones.
A pesar de haber exigido realizar un informe a las empresas implicadas para corroborar que seguían las directrices de medio ambiente establecidas, las tareas se reanudaron sin previo aviso y tan solo un día después de recibir la petición del informe.
El argumento esgrimido fue que no había ningún vínculo entre exploración de la zona y el incidente con las ballenas.
EFE