Equatic, una nueva empresa con sede en California, está tratando de enfrentar el cambio climático de una manera novedosa. Su trabajo consiste en eliminar el dióxido de carbono del océano y al mismo tiempo generar hidrógeno como combustible alternativo. Boeing ya firmó un acuerdo con Equatic, lo que reforzaría la viabilidad del naciente emprendimiento
El acuerdo es que Boeing compre 2100 toneladas métricas de hidrógeno de Equatic que puede usar en combustible de aviación sostenible (SAF). El hidrógeno es un subproducto de del trabajo central de Equatic , que consiste en filtrar el CO2 que calienta el aire y el agua del plantea. Boeing también acordó comprar 62,000 toneladas métricas por concepto de eliminación de carbono para “expiar” parte de su propia contaminación climática.
La tecnología de Equatic aúna dos estrategias incipientes para el cambio climático que están comenzando a despegar en los EE. UU. Cada vez más empresas, desde Big Tech hasta Big Oil, están financiando esfuerzos para capturar el CO2 que se ha acumulado en la atmósfera y los océanos; es una forma de “blanquear” parte de la contaminación que generan al quemar combustibles fósiles. El hidrógeno es una alternativa al petróleo y el gas que la administración Biden ha llamado "una tecnología de alta prioridad" para desarrollar a medida que EE. UU. trata de alcanzar sus objetivos climáticos.
A diferencia de otras empresas emergentes que se enfocan en eliminar el CO2 del aire o del mar, o que producen hidrógeno libre de contaminación por carbono a partir de energía renovable, Equatic hace ambas cosas. La empresa surgió de una iniciativa de investigación en la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA) y ya tiene dos pequeñas plantas piloto en Los Ángeles y Singapur. Cada planta toma agua del océano y luego pasa electricidad a través de ella. Eso divide las moléculas de agua, liberando el hidrógeno para que Equatic lo venda como combustible.
Pero el proceso podría tener potencialmente algunas consecuencias imprevistas, advierten algunos defensores del medio ambiente. “Equatic está tratando de ejercer control sobre la química oceánica muy compleja”, dice John Fleming, científico principal del Centro para la Diversidad Biológica, una organización sin fines de lucro, en declaraciones a la revista estadounidense The Verge. “Equatic dice que monitoreará para asegurarse de que lo que libera al océano cumpla con los umbrales necesarios, pero con una tecnología tan nueva, podría haber efectos en la química del océano y la vida marina que actualmente no se tienen en cuenta”.
Por ejemplo, a Fleming le preocupa que, si la técnica de Equatic altera el equilibrio de minerales en el océano, podría afectar a las criaturas constructoras de caparazones que ya están luchando contra la acidificación del océano provocada por los humanos. Dado que estos animales forman la base de las cadenas alimentarias marinas, lo que les sucede tiene un efecto dominó en los ecosistemas.
Equatic sostiene que su tecnología no cambia la acidez del océano y que el agua que libera es comparable a los efluentes de las plantas desalinizadoras u otras instalaciones industriales. “Soy más optimista que preocupado por algunos de los efectos ambientales de lo que hacemos”, dice Edward Sanders, director de operaciones de Equatic, entrevistado por el ya citado medio.
“Vamos a tomar tecnología de países de altos ingresos y trasladarnos a países de bajos y medianos ingresos. Esa es la difusión de tecnologías ambientalmente racionales”, dice Sanders. La startup planea construir plantas mucho más grandes para cumplir con su acuerdo con Boeing y otros nuevos clientes, una en Singapur y otra aún más grande en un lugar que la compañía aún no ha revelado.