Entre el 2016 y 2017, la Intendencia de Rocha y la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) iniciaron el monitoreo más reciente de calidad del agua de las playas de Rocha. Fueron ocho en total: La Balconada, Bahía Chica, Costa Azul, La Pedrera, Aguas Dulces, Punta del Diablo, La Coronilla y Barra del Chuy.

El objetivo era, entre otros aspectos estudiados, medir la cantidad de coliformes fecales presentes en las aguas, una de las formas más comunes de contaminación de este ambiente, que se da principalmente través de vertidos o filtrados a las playas.

Los coliformes fecales son indicadores de contaminación fecal, que puede incluir patógenos; la exposición a grandes concentraciones de ellos puede producir efectos negativos que van de los moderados (molestia estomacal o diarrea, por ejemplo) a los severos (enfermedades como hepatitis, salmonella o trastornos respiratorios).

El objetivo de este monitoreo (que se hizo también en otros departamentos) era dar insumos para mantener la contaminación fecal por debajo de niveles que afecten la salud. En Uruguay este límite de coliformes está marcado en 2.000 UFC (Unidades Formadoras de Colonias) cada 100 mililitros de agua de muestras puntuales y 1.000 UFC en media geométrica de cinco muestras (normativa vigente: Decreto 253/79 y modificativos). En la Unión Europea, por ejemplo, el límite guía hasta el año 2006 era diez veces menor, de 100 UFC (luego cambió la normativa por otros indicadores de contaminación fecal: Escherichia coli y enterococos, que en Uruguay no son considerados).

Según el criterio de este monitoreo, para que los resultados fueran aceptables debían registrarse cinco valores consecutivos menores a esta cantidad. Los análisis se hicieron en agua de mar (muestreo a la altura de la cintura, de acuerdo con la normativa vigente) y aplicando un promedio geométrico de valores individuales separados por una semana, salvo en Rocha que se hace cada 15 días (la frecuencia de muestreo fue quincenal en el departamento de Rocha debido a que "los bajos niveles de coliformes registrados históricamente en sus playas, permite menor esfuerzo de monitoreo", dice el informe de Dinama). ¿Qué reveló el monitoreo? Si bien se encontraron coliformes fecales en las playas, fue en una cantidad mucho menor a los límites exigidos y se consideró que el estado de estas playas era excelente para baño.

Un nuevo trabajo, sin embargo, demostró que la realidad es muy distinta si se tienen en cuenta las zonas de vertientes a las playas, entre otros indicadores.

Vertiente a playa de La Paloma. Foto: cortesía de Fernanda de León

La mar estaba serena

En agosto, el Centro Universitario Regional del Este (CURE) organizó una jornada en La Paloma con investigadores de temáticas ambientales, estudiantes y público general para debatir sobre la calidad del agua en el departamento y presentar los resultados de varios trabajos, bajo la coordinación de las docentes Dra. Carla Kruk y Arq. Natalia Verrastro.

Uno de ellos fue Resultados históricos de calidad de agua de playas de Rocha, énfasis en La Paloma, realizado por la estudiante de Licenciatura Ambiental del CURE Fernanda de León, bajo la tutoría del Dr. Angel Segura.

Su objetivo era analizar la variación histórica de la contaminación fecal en las playas de Rocha ya monitoreadas, pero ampliando la base de datos a la totalidad de la información de la Intendencia Departamental de Rocha (2008 a 2017) y haciendo énfasis en los valores de muestras puntuales en el agua marina y las vertientes a las playas de La Paloma, que no son tenidos en cuenta en los reportes de la DINAMA.

El estudio original de DINAMA solo tiene en cuenta la media geométrica para determinar la aptitud de baño, mientras que de León analizó los valores puntuales en el agua de mar y además en las vertientes a las playas.

¿Por qué consideró que era importante? Estas "vertientes a playa" son las "cañaditas" que desembocan en la arena y que no siempre finalizan en el océano, pero son relevantes porque las personas están en contacto con ellas y pueden contagiarse enfermedades por medio de heridas. Además, son lugares donde suelen jugar los niños, señaló de León en conversación con Montevideo Portal.

Vertiente de playa la Serena. Foto: cortesía de Fernanda de León

De lo general a lo particular

Con respecto a Rocha, su trabajo concluye que si bien el agua marina está en cumplimiento con la normativa nacional en la mayor parte de los casos, hay algunos valores altos. Se registra una presencia generalizada de coliformes fecales en todas las playas, que además aumenta en los últimos tiempos. La Coronilla tiene el promedio más alto (100 UFC de promedio pero con un máximo puntual registrado de 4.000 (dos veces más que el límite, que como dijimos es de 2.000 para valores puntuales).

Con respecto a La Paloma específicamente, el trabajo concluye que la calidad del agua en las vertientes a playas de este balneario superó los valores de coliformes establecidos en la norma de manera frecuente y hay también una tendencia a aumento. Se analizaron 545 casos generados entre 2008 y 2017 en dos sectores de nueve playas de La Paloma (agua marina y vertientes al mar).

La aptitud del agua marina ha sido históricamente apta para baño según la normativa vigente, con un promedio de 50 UFC/100ml, y un máximo igual a 2.000 UFC/100ml. Sin embargo, "las vertientes a playas se han encontrado más comprometidas (3143 UFC/100ml promedio, con máximos de hasta 350.000 UFC/100ml), mostrando excesos de coliformes fecales entre el 21% y 30% de los casos analizados", indica en el estudio de León.

Algunos ejemplos

Por ejemplo, una de las bajadas de la playa Los Botes registró un promedio de 21 UFC/100ml en agua marina, pero en las vertientes en promedio se superó el límite de 1.000 UFC/100m: la cifra registrada fue de 1.515 UFC/100ml, con un máximo registrado de 30.000 UFC/100m. Otra de las vertientes de esta playa tuvo cifras que asustan: registró un promedio de 5.238 UFC/100ml y un máximo de 350.000 UFC/100ml.

Bahía Chica tuvo un promedio de 107 UFC/100ml en agua marina pero a la altura de la vertiente fue de 2.703 UFC/100ml, con un máximo de 30.000 UFC/100ml. Una de las vertientes de la playa de La Aguada registró un promedio de 2.240 UFC/100ml y otra de Costa Azul 3.190 UFC/100ml. Allí el agua tiene un promedio de 46 UFC/100ml, pero tuvo un registro máximo de 1.200 UFC/100ml. Es decir, varias vertientes en promedio superaron la normativa y todas tuvieron picos por encima del límite.

En su trabajo, de León concluye que la precipitación fue estadísticamente significativa para explicar la abundancia de coliformes fecales en agua de mar. "Se sugiere evitar el contacto con el agua en las vertientes a playas, especialmente luego de eventos de precipitación por los riesgos en la salud humana que ello implica (ejemplo: enfermedades gastrointestinales)", señala.

Con respecto a las variables producidas por la presencia humana, tanto en agua marina como en vertientes a playas, los coliformes fecales han aumentado históricamente en temporada alta, momento coincidente con la mayor afluencia del turismo.

En su resumen, de León recuerda que el municipio de La Paloma es el principal centro turístico de este departamento "y a pesar del creciente proceso de urbanización, aún no se ha desarrollado una red de saneamiento o una planta de tratamiento para barométricas, al mismo tiempo que la disposición final de los efluentes en pozos filtrantes es permitida".Según las coordinadoras del CURE, la instalación de un sistema de saneamiento tradicional no es una alternativa viable en la zona y por lo tanto se están discutiendo otras, como por ejemplo el uso de humedales naturales que purifiquen el agua.

Vertiente de playa Anaconda. Foto: Fernanda de León

Algunas propuestas

A partir de los resultados obtenidos en la investigación, se plantearon una serie de propuestas a corto, mediano y largo plazo para mejorar la situación bacteriológica del agua en La Paloma y disminuir los riesgos de salud para las personas que usan estos ambientes.

Por ejemplo, dar a conocer a la población la situación de la calidad bacteriológica del agua de las playas y colocar cartelería que advierta de los riesgos de usar las vertientes.

También se recomienda tener en cuenta los valores puntuales de coliformes fecales y no solamente el promedio geométrico de cinco muestras, como se hace hasta ahora, así como incorporar la evaluación de las vertientes.

A mediano plazo, se recomienda evitar encausar pluviales que deriven a vertientes a playas, por ejemplo manteniendo humedales naturales o construyendo humedales con especies nativas a modo de disminuir la velocidad y fuerza con la que el agua llega al mar (especialmente después de fuertes períodos de precipitación, que como vimos influye en el aumento de la contaminación fecal) y mejorar la calidad del agua antes de su llegada a la playa. Además, se sugiere establecer una planificación de la restauración dunar para mitigar la contaminación, promover un adecuado manejo del sistema de saneamiento en emprendimientos hoteleros en la franja costera e implementar medidas para disminuir la filtración de la contaminación fecal de los pozos.

En la jornada realizada por el CURE en agosto también se presentó un trabajo que relaciona la contaminación de las playas de La Paloma con el uso de los emprendimientos turísticos ubicados en la franja costera, pero eso, como veremos en las próximas semanas, ya es agua para otro molino.

Martín Otheguy/motheguy@montevideo.com.uy