Un equipo chino de investigadores ha encontrado restos de arroz de la variedad índica en un sitio arqueológico de la región autónoma del Tíbet, lo que sugiere que este cultivo se extendió en esa región hace unos 1.300 años.
Los científicos hallaron en el sitio de Kongsangqiao, en la ciudad de Xigaze, restos de alfarería, fragmentos de huesos animales y numerosos residuos vegetales, entre ellos granos de arroz carbonizados morfológicamente similares a la subespecie índica, recoge hoy la agencia oficial Xinhua.
La secuencia genética de esta variedad de arroz también fue detectada en restos de ADN recuperados en el lugar, lo que confirma la teoría inicial, explicó Gao Yu, miembro del equipo e investigador del Instituto de Investigación de la Meseta Tibetana de la Academia China de Ciencias.
Las pruebas efectuadas a los restos de arroz sitúan su antigüedad en los inicios de la dinastía Tang (618-907), dijo Gao, quien agregó que el hallazgo podría arrojar luz sobre el “misterio” de cómo y cuándo la variedad índica de arroz llegó a China.
La índica es, junto a la japónica, una de las dos principales variedades de arroz que se cultivan en Asia.
Según las teorías vigentes, el arroz de variedad japónica se domesticó hace unos 4.000 años en las zonas medias y bajas del río Yangtzé, y después se extendió a las zonas norteñas del sur de Asia, donde surgió un híbrido que dio lugar a la especie índica.
Dicha especie se introdujo posteriormente en el sudeste asiático y en el sur de China, donde hoy se sigue cultivando extensamente.
Gao descartó que el arroz índica hallado en la excavación en Kongsangqiao fuera cultivado allí debido a la altitud del lugar, a casi 2.700 metros sobre el nivel del mar, y apuntó a que el grano habría llegado a Tíbet “a través del comercio”.
Esta teoría supondría una alternativa a la creencia actual de que el arroz índica se introdujo por primera vez en China a través de Vietnam.
La profesora de la Universidad de Lanzhou Yang Xiaoyan indicó que Kongsangqiao se sitúa en lo que fue la ruta Tubo-Nepal, un nexo fundamental para los intercambios comerciales políticos y culturales entre el sur de Asia, la plataforma Qinghai-Tíbet y las planicies centrales de China.
“Nuestra investigación sugiere que en el siglo VIII el arroz índica podría haber llegado a China por la antigua ruta Tubo-Nepal”, concluyó Yang.
EFE