Las emisiones globales de dióxido de carbono (CO2) subirán este año menos del 1 %, lejos del fuerte tirón de 2021, debido la ralentización económica, pero también en gran medida a la aceleración del despliegue de energías renovables, que están conteniendo el recurso al carbón, y de los vehículos eléctricos.
En un análisis publicado este miércoles a partir de los últimos datos disponibles, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) calcula que las emisiones del principal gas de efecto invernadero subirán en cerca de 300 millones de toneladas hasta 33.800 millones.
Ese incremento está muy por debajo del de los casi 2.000 millones de toneladas de 2021, que fue consecuencia de la fuerte recuperación económica tras la crisis mundial de la covid y del recurso masivo a los combustibles fósiles.
La AIE señala que, más allá del efecto negativo para la economía global de la invasión rusa de Ucrania, la subida de las emisiones de CO2 en 2022 sería mucho mayor si no se estuviera produciendo una expansión tan significativa de las energías renovables.
En concreto, se espera que la generación de electricidad con fuentes renovables aumente en más de 700 teravatios hora, gracias sobre todo a las nuevas instalaciones energía fotovoltaica y eólica (dos tercios del total), y en menor medida por la expansión también de la hidroeléctrica (un quinto).
Eso está limitando el crecimiento del uso del carbón (el combustible fósil que más CO2 genera), que se prevé que será este año del 2 %, sobre todo por Asia.
Y eso pese a que en algunos países el carbón se está convirtiendo en una alternativa al gas por la escalada de precios de este combustible que se ha producido con la guerra en Ucrania.
El petróleo es la otra cara de la moneda, ya que su demanda será la que más progresará entre los combustibles fósiles y contribuirá al aumento de las emisiones de CO2 en 2022 con unos 180 millones de toneladas más que el año pasado. Es decir, más de la mitad del total.
La razón es el levantamiento de muchas restricciones que se habían impuesto por la covid, que están reactivando el sector del transporte, y en particular en la aviación.
El sector aéreo será el responsable de tres cuartas partes del incremento de las emisiones generadas por el petróleo, aunque este año van a seguir estando un 20 % por debajo de las que generaba antes de la pandemia.
En la Unión Europea, las emisiones de CO2 van a disminuir este año pese a un incremento del carbón que se espera temporal. Los nuevos proyectos de renovables allí deben elevar las capacidades instaladas en unos 50 gigavatios en 2023.
En China, se van a quedar estancadas por la conjunción de varios factores, que incluyen la ralentización económica, el impacto de la sequía para la producción hidroeléctrica y la entrada en servicio de muchas instalaciones solares y eólicas.
Para el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol, el hecho de que el repunte del carbón parezca ser "relativamente pequeño y temporal" y que la energía solar y eólica estén llenando "gran parte del vacío" del gas que Rusia ahora no suministra a Europa es una "noticia alentadora".
"Eso significa -añade Birol- que las emisiones de CO2 están creciendo mucho menos rápidamente este año de lo que algunos temían, y que las medidas políticas de los gobiernos están impulsando verdaderos cambios estructurales".
EFE
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