Greenpeace afirmó el sábado que el sector nuclear en Francia está “bajo influencia” de Rusia, que controla, según la ONG, más del 40% de las importaciones de uranio natural procedente de Kazajistán y Uzbekistán.
En 2022, cuando Moscú lanzó la invasión de Ucrania, “cerca de la mitad del uranio natural importado en Francia procedía de Kazajistán y Uzbekistán”, un 43% exactamente, señaló Greenpeace en un informe publicado dos días antes de que la Asamblea Nacional (cámara baja) francesa examine un proyecto de ley para acelerar la construcción de nuevos reactores nucleares.
Según la ONG, “la casi totalidad de uranio natural procedente de Kazajistán, y una parte considerable del que viene de Uzbekistán, pasa entre las manos de [monopolio ruso del sector nuclear civil] Rosatom”, que controla el transporte de todas las materias nucleares que transitan por territorio ruso, mediante convoyes ferroviarios hasta el puerto de San Petersburgo y luego en cargueros hasta Francia.
Estos transportes sólo se pueden llevar a cabo con “una licencia entregada por Rosatom”, detalló Greenpeace, que aseguró que actualmente era muy complicado pasar por trayectos que eviten el territorio ruso.
El uranio natural, extraído de las minas, debe ser enriquecido para poder ser utilizado como combustible en las centrales nucleares.
Francia tiene una planta dedicada a ello en Tricastin, en el sureste del país.
Greenpeace ya calificó de “escandaloso” el hecho de continuar el comercio nuclear con Rusia, un sector que no está incluido en las sanciones internacionales, a diferencia de los hidrocarburos.
Esta dependencia hacia Moscú podría explicar “por qué Francia sigue oponiéndose activamente a las sanciones contra Rosatom a nivel europeo”, criticó Greenpeace.
AFP