En una conversación a distancia, como obligan los tiempos, Guterres lo deja claro: el COVID-19 marcará un antes y un después, con un futuro que ya empieza a dibujarse ahora mismo.
"Algo claro es que asistimos a una digitalización masiva de las relaciones humanas con la crisis y eso tendrá un impacto inevitable", explica en español.
"El futuro será mucho más digital que el pasado. Esto va a dar un impulso enorme al desarrollo de la inteligencia artificial, al desarrollo de todas las actividades del ciberespacio", insiste.
La cruz, avisa, es que se disparará la necesidad de crear "mecanismos de regulación y otros para que todo ese desarrollo del mundo digital sea hecho en beneficio de la humanidad y que los riesgos que existen, y que son bien conocidos, sean evitados".
"Uno de los riesgos es naturalmente que esta enfermedad cree mecanismos de control de las sociedades que pueden ayudar a dictaduras, lo que naturalmente tenemos que conseguir evitar en el futuro", alerta.
Otro efecto, al menos temporal, que está dejando la lucha contra el coronavirus es la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero derivada de las medidas de confinamiento y del frenazo a la actividad económica.
Ahí, Guterres cree que el mundo tiene que "utilizar esta oportunidad para un impulso muy fuerte al desarrollo sostenible" y para cumplir con las metas fijadas en materia de clima, pero deja claro que "no es con un virus" como se va a solucionar la crisis climática.
Critica la falta de coordinación
Del presente, de la lucha contra la pandemia, lo que más preocupa a Guterres es la falta de coordinación que ve entre los países.
Evita cuestionar las respuestas de Gobiernos individuales -"para mí es muy difícil analizar las medidas de cada país", se justifica-, pero critica que cada uno esté actuando por su cuenta y sin "una concertación a nivel global".
"Si un país toma unas medidas y otro toma medidas distintas, el virus aprovecha esas contradicciones para infiltrarse en las zonas donde la capacidad de respuesta sea menor", advierte el diplomático portugués, que recuerda que algunas naciones viven y vivirán situaciones dramáticas.
Sin un apoyo masivo habrá millones de muertos
En ese sentido, el secretario general de la ONU pide no olvidar que hasta ahora el coronavirus golpeó sobre todo a países con más recursos como China, Corea del Sur, los europeos o Estados Unidos, pero esa situación cambiará.
"Estamos viendo la entrada en el Sur y particularmente en África y esos países tienen una capacidad de respuesta en el dominio de sus sistemas de salud que es muy muy limitada", advierte.
"Si no hay un apoyo masivo a los países del Sur, nos arriesgamos a ver avanzar el virus de una forma absolutamente dramática, como el fuego. Con millones de personas infectadas y millones de muertos", insiste.
Para el jefe de la ONU, sería "una tragedia absolutamente insoportable desde todos los puntos de vista, también desde el punto de vista moral".
Los países ricos, recuerda, deben mostrar solidaridad y no pueden olvidar que va en su propio interés erradicar la enfermedad en todo el planeta dado el riesgo de que retorne a sus territorios.
Dolor por España
A España, uno de los epicentros de la pandemia, Guterres le traslada un "mensaje de solidaridad, no solamente como secretario general de Naciones Unidas, sino también como portugués, ciudadano de un país hermano".
"Naturalmente que tengo un dolor profundo cuando veo tantos españoles y españolas muriendo, todo el drama en la sociedad española", señala.
Guterres confía en que "las medidas muy duras" que se han tomado "tengan éxito lo más rápido posible y que el pueblo español pueda reencontrar la normalidad que estos trágicos acontecimientos interrumpieron".
Una crisis humana
Ante el impacto social y económico de la enfermedad y de la estrategia para frenarla, el jefe de la ONU reclama con insistencia medidas de "apoyo directo" a las familias y a las pequeñas y medianas empresas.
"Esta no es una crisis financiera como la crisis de 2008. Esta es una crisis humana", recalca, reclamando respuestas "completamente distintas a las tradicionales" en caso de crisis económica.
Los países, subraya, no deben escatimar gastos. La movilización, a juicio de la ONU, debe ser sin precedentes y muy cercana a los dos dígitos del producto interior bruto (PIB) en cada Estado.
En el caso de España, defiende que "Europa debe mostrar una gran solidaridad con los países más afectados" y luego ser también muy ambiciosa en su apoyo al mundo en desarrollo, que necesitará ayudas inmensas para no sufrir "una tragedia terrible en sus economías y en sus sociedades".
La salida a la recesión, además, no puede suponer una vuelta al statu quo, avisa Guterres.
"Hay que aprovechar esta oportunidad para que la recuperación pueda garantizar que tengamos una economía más inclusiva, más sostenible, más capaz de resistir a las epidemias, al cambio climático y a todos los otros retos que enfrentamos", señala.
EFE