El multimillonario británico Richard Branson despegó el domingo desde una base de Nuevo México, en el suroeste de Estados Unidos, a bordo de una nave de su compañía Virgin Galactic con destino a la frontera del espacio, según constató AFP, un viaje que espera que impulse la naciente industria del turismo espacial.
Un enorme avión de transporte realizó un despegue horizontal desde la base Spaceport America alrededor de las 08:40 (hora local, 11:40 hora de Uruguay) y ascenderá durante cerca de una hora hasta una altitud de 15 kilómetros, antes de soltar el avión espacial que lleva adosado, el VSS Unity.
Además de intentar propulsar la incipiente industria del turismo espacial, Branson buscaba también superar a su competidor, el estadounidense Jeff Bezos, fundador de Amazon, arrebatándole el título de primer multimillonario en cruzar la frontera espacial gracias a la nave de una empresa que él mismo fundó.
"Un gran día por delante. Es genial empezar la mañana con un amigo", tuiteó Branson dos horas antes del despegue, junto a una foto de él y el jefe de SpaceX, Elon Musk, tercer protagonista de la carrera espacial de los magnates, posando descalzo en una cocina.
Musk, gran rival de Bezos, había indicado el sábado que estaría presente en el evento.
"Me siento bien, emocionado y preparado", añadió Branson, que tendrá una misión muy precisa durante su viaje: probar y evaluar la experiencia que vivirán sus futuros clientes.
En esta ocasión, el viaje no se inició con un cohete, sino con un enorme avión que transporta la nave espacial. Luego del despegue, en una pista tradicional, el avión conducido por dos pilotos tomará altura durante aproximadamente una hora.
Adosada a la parte inferior del avión se encontrará la nave espacial VSS Unity -una copia del modelo SpaceShipTwo- con otros dos pilotos y cuatro pasajeros a bordo: Richard Branson y tres empleados de su empresa.
A una altura de unos 15 kilómetros, la nave -del tamaño de un jet privado- se soltará y encenderá su motor para un ascenso supersónico hasta una altura de más de 80 kilómetros, el límite establecido en Estados Unidos para la frontera espacial.
Una vez apagado el motor, los pasajeros podrán desprenderse de sus asientos y flotar durante unos minutos en ingravidez, admirando la curvatura de la Tierra desde una de las 12 ventanas de la cabina.