La probabilidad es que el fenómeno meteorológico conocido como La Niña regrese este 2024 y se declare durante el invierno austral de este año, según pronosticó el observatorio meteorológico brasileño MetSul.
“No hay consenso entre los modelos, pero la mayoría de las simulaciones climáticas a largo plazo indican condiciones de La Niña en el Pacífico a partir de julio o agosto”, comunicó este jueves.
Según la estimación más reciente del Centro de Predicción Climática (CPC) de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por su sigla en inglés), existe un 85% de probabilidad de que El Niño llegue a su fin y el Pacífico Ecuatorial evolucione hacia una condición neutral en el trimestre abril-junio, que marcará el otoño y el inicio del invierno climático. Para el trimestre de mayo a julio, las probabilidades son de 2% para El Niño, 72% para neutralidad y 26% para La Niña, consignó el observatorio brasileño.
En tanto, para el trimestre invernal de junio a agosto, los expertos marcan un 1% de probabilidad de El Niño, 39% neutral y 60% de La Niña. En el trimestre de julio a setiembre, 1% El Niño, 26% neutro y 73% La Niña. En el trimestre agosto a octubre, 1% El Niño, 19% neutralidad y 80% La Niña.
El fenómeno de La Niña tiene impactos relevantes en el sistema climático global, caracterizándose por temperaturas por debajo de lo normal en la superficie del océano Pacífico Ecuatorial central y oriental. Esta condición contrasta con El Niño, su contraparte cálida, y es parte del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), que influye en los patrones climáticos en todo el mundo.
Durante un evento de La Niña, las aguas del océano Pacífico Ecuatorial central y oriental se vuelven más frías de lo normal. Esto tiene efectos significativos en los patrones de viento, precipitación y temperatura en todo el mundo, indicó MetSul.
La última vez que La Niña estuvo presente fue entre 2020 y 2023, con un evento prolongado del fenómeno que trajo sequías y una crisis hídrica en Uruguay y países vecinos.