SpaceX lanzó el sábado el cohete más grande y potente jamás construido, Starship, tras un primer intento que acabó en una gigantesca explosión, en abril.
El módulo Starship se separó con éxito del piso de propulsión Super Heavy, que no sobrevivió a su descenso programado tras una explosión, según dijeron en vivo comentaristas de la empresa del magnate Elon Musk.
El cohete, de 120 metros de altura, despegó poco después de las 07:00 (hora local) desde la base de SpaceX, en Boca Chica, Texas.
Este segundo vuelo de prueba de SpaceX está siendo observado de cerca por la NASA, que cuenta con esta nave para sus misiones de regreso a la Luna.
El 20 de abril, Starship despegó por primera vez en su configuración completa, pero varios motores no funcionaron y SpaceX hizo estallar intencionalmente el cohete cuatro minutos después.
Trozos de hormigón fueron catapultados por la potencia de los motores y se produjo un incendio en un parque regional cercano. El regulador aéreo estadounidense (FAA) abrió una investigación antes de dar finalmente luz verde el miércoles a un segundo vuelo.
“Daño ambiental”
Durante siete meses, se reconstruyó la plataforma de lanzamiento y se instaló y probó un sistema de “diluvio” de agua para atenuar las ondas acústicas y limitar las vibraciones.
Sin embargo, grupos ambientalistas han demandado a la FAA por haber evaluado incorrectamente el impacto medioambiental del nuevo cohete.
“Tememos que este segundo lanzamiento vuelva a causar importantes daños medioambientales”, dijo a la AFP Jared Margolis, abogado de la ONG Centro para la Diversidad Biológica.
El cohete comprende dos pisos: el de propulsión Super Heavy y sus 33 motores, y la nave Starship.
En la primera prueba, estos dos pisos no lograron separarse en vuelo.
Para corregirlo, se modificó el sistema de separación, afirmó Musk durante una conferencia en octubre, añadiendo que probar este sistema sería “la parte más arriesgada” del segundo vuelo. “No quiero generar demasiadas esperanzas”, advirtió.
El plan de vuelo es el mismo que en abril: la nave debería realizar una “vuelta casi completa a la Tierra” y amerizar en el Pacífico, frente a la costa de Hawaii, dijo Musk.
Técnicamente no alcanzará la órbita de la Tierra, pero estará “justo debajo”.
Para la empresa, la explosión de prototipos es menos problemática en términos de imagen que para la NASA, financiada por fondos públicos, según expertos.
Pero el desarrollo de Starship no parece ser lo suficientemente rápido como para estar a la altura de los planes de la NASA, que ha firmado un contrato con SpaceX.
Una versión modificada de la máquina debe servir como módulo de aterrizaje lunar para llevar astronautas a la superficie lunar por primera vez desde 1972.
Esta misión, denominada Artemis 3, está oficialmente prevista para 2025, una fecha que parece cada vez más irreal.
Musk convertir a Starship en “un medio de transporte a cualquier destino del sistema solar”, incluido Marte.
Su objetivo es establecer una colonia autónoma en el planeta rojo, para hacer de la humanidad una especie multiplanetaria.
Si el tamaño de Starship es “absurdo”, explica, es porque construir una “base permanente en la Luna y una ciudad en Marte” exige transportar millones de toneladas de carga.
Starship es más grande que el nuevo megacohete de la NASA, SLS (98 m), y que el legendario Saturn V, el cohete del programa lunar Apolo (111 m).
Pero la verdadera innovación de Starship es que debería ser completamente reutilizable.
AFP