Por The New York Times | Kalley Huang
En algunas de estas selfis, la frente de Herzig se abulta y ocupa la mitad del cuadro. Sus ojos lucen como discos partidos a la mitad, que intentan ver algo que está más lejos que la cámara. Su nariz sobresale. Su boca es invisible. Herzig comentó que estas imágenes son las mejores cuando tienen “vibraciones siniestras y espeluznantes”.
Herzig comenzó a tomar estas fotografías —llamadas selfis 0,5 (pronunciadas selfis “coma cinco” y no selfis “a la mitad”) cuando cambió su celular anterior por un iPhone 12 Pro el año pasado y descubrió que su cámara trasera tenía un lente ultra gran angular que podía hacer que ella y sus amistades lucieran “distorsionadas y alocadas”.
No obstante, lo que parecía una broma era mucho más grande de lo que pensó Herzig, una recién graduada de la Universidad de Washington en San Luis. Hace algunos meses, después de las vacaciones de Semana Santa, abrió Instagram y encontró la aplicación llena de selfis 0,5.
La estudiante comentó: “De repente, un día, todas las personas tomaban selfis 0,5”.
En cualquier lugar donde los integrantes de la generación Z se reúnen en estos días, es casi obligatorio tomar una selfi 0,5, para capturar el momento con halagos fortuitos (o la cómica falta de estos). Las selfis 0,5 están apareciendo en Instagram, proliferando en chats grupales y convirtiéndose en el tema de conversación de las fiestas; a menudo incluso son tomadas a modo de crónica de lo que acontece en la vida cotidiana.
A diferencia de la selfi tradicional, para la cual las personas pueden prepararse sin cesar y posar a su gusto, la selfie 0,5 (llamada así porque los usuarios presionan el botón de 0,5x en la cámara del teléfono inteligente para cambiar al modo gran angular) se ha vuelto popular porque no resulta una imagen demasiado cuidada. Ya que el lente gran angular está incorporado en las cámaras traseras de los celulares, las personas no pueden verse a sí mismas cuando se toman una selfi 0,5, lo que crea imágenes al azar que transmiten la fantasía de distorsión.
“De verdad, no sabes cómo va a quedar, así que solo tienes que confiar en el proceso y esperar que algo bueno salga de ello”, mencionó Callie Booth, de 19 años, originaria de Rustburg, Virginia, quien agregó que una buena selfi 0,5 era la “antítesis” de un buen autorretrato con la cámara frontal.
Booth relató que, en sus mejores selfis 0,5, ella y sus amistades aparecen borrosas y con el rostro serio.
Agregó: “No es la fotografía perfecta tradicional. Hace que sea más divertido volver a verlas”.
El problema es que tomar una selfi 0,5 es difícil. Debido a que se toman con la cámara trasera, es necesario maniobrar y calcular bien el ángulo. Si quien realiza la selfi quiere incluir a todos en el encuadre, tienen que extender los brazos tan lejos y tan alto como sea posible. Si quieren maximizar qué tanto se distorsiona un rostro, tienen que colocar su móvil perpendicular a su frente y justo en el nacimiento del cabello.
Además de esas acrobacias, debido a que el teléfono está volteado, los aficionados de las selfis 0,5 tienen que presionar el botón de volumen para tomar la fotografía y tener cuidado de no confundirlo con el de encendido/apagado. En algunas ocasiones, las selfis 0,5 con grupos grandes requieren el uso del temporizador. Nada es visible hasta que se toma la selfi, que es gran parte de lo divertido.
“Solo la tomo y no la veo hasta después, así que se trata más de capturar el momento y no de ver cómo luce todo”, señaló Soul Park, de 21 años, de Starkville, Misisipi.
Los lentes gran angular y ultra gran angular no son nuevos. Se patentaron en 1862 y a menudo son usados para capturar más de una escena con su campo de visión más amplio; en particular, en fotografía de arquitectura, panorámica y urbana.
Grant Willing, un fotógrafo que reseña cámaras para la tienda de electrónicos B&H Photo Video, opinó sobre los lentes: “Son tan antiguos como la fotografía misma”.
Las selfis, popularizadas por celebridades como Ellen DeGeneres, Kim Kardashian y Paris Hilton, son una innovación más moderna (aunque incluso esto es disputado en ocasiones). En 2013, los diccionarios Oxford añadieron “selfie” (en inglés) a su diccionario en línea y la designaron como la palabra del año. [En el 2018, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española también añadió “selfi”].
La selfi 0,5 nació con la convergencia del lente gran angular con la selfi y fue posible cuando los lentes ultra gran angular fueron incorporados al iPhone 11 de Apple y al Galaxy S10 de Samsung en 2019 y a modelos más recientes.
Debido al gran angular, los sujetos más cerca del lente se ven más grandes, mientras que los más lejanos aparecen más pequeños. Ese cambio distorsiona a los sujetos de una manera que es aceptada, por ejemplo, en la fotografía arquitectónica, pero que habitualmente se desaconseja en los retratos.
“El gran angular para las tomas de retrato siempre fue diferente, porque solo las distorsionaba más”, indicó Alessandro Uribe-Rheinbolt, de 23 años, un fotógrafo colombiano que vive en Detroit.
Uribe-Rheinbolt relató que hace poco había integrado el gran angular de su obra de retrato (en la que los clientes han solicitado la apariencia de una selfi 0,5) a su vida personal, al usarlo para capturar a sus amistades, sus atuendos y su rutina diaria.
Uribe-Rheinbolt expresó: “Le da una apariencia más informal. Hay mucha más creatividad con la manera en la que eliges el ángulo y la forma en que la pones más cerca”.
Una selfi 0,5 sin editar es, orgánicamente, más divertida que una selfi con la cámara frontal. Publicar en Instagram las selfis con las extremidades alargadas y los ojos saltones se supone que debe ser divertido, lo que hace que parezca que los fotógrafos se toman a ellos mismos (y a las redes sociales) con menor seriedad.
Hannah Kaplon, de 22 años, originaria de Sacramento, California, puntualizó: “Algo sobre ellas rompe la cuarta pared porque estás reconociendo que estás tomando una fotografía con la intención de tomar una fotografía. Está intentando hacer que Instagram sea informal de nuevo”.
Kaplon, una recién graduada de la Universidad de Duke, asegura que ahora toma una selfi 0,5 en la mayoría de las ocasiones: una larga noche de estudio en la biblioteca, una cena con once invitados o en la reunión para ver un partido de baloncesto.
Kaplon concluyó: “Poco después, donde mis amistades y yo estuviéramos, yo decía: ‘Tenemos que tomar una selfi 0,5’. La tendencia ha cobrado vida propia”. Una colección de selfis 0,5 (pronunciadas selfis “coma cinco” y no selfis “a la mitad”) proporcionadas por Julia Herzig, Hannah Kaplon, Rebecca Worth, Soul Park y Alessandro Uribe-Rheinbolt. (Vía The New York Times)