Un estudio colaborativo de 356 científicos internacionales ha identificado patrones casi idénticos de diversidad arbórea en los bosques tropicales del planeta, independientemente del continente, y una clave importante: solo el 2,2% de las especies arbóreas, las más comunes, supone el 50% del total de árboles.
La investigación, cuyas conclusiones recoge hoy la revista Nature, es fruto del análisis de más de un millón de árboles de 8.493 especies en 1.568 zonas de bosque tropical en África, la Amazonía y el Sudeste Asiático.
Los científicos han visto que en cada continente existe la misma mínima proporción de esas especies comunes que ocupan la mayor parte del bosque y, sin embargo, muchísimas especies raras que solo representan una pequeña fracción de la masa forestal.
Calculan que 1.053 especies comunes representan la mitad de los 800.000 millones de árboles de los bosques tropicales del planeta; 6.500 especies un poco menos comunes componen el 40% del bosque y 39.500 especies raras representan el 10% restante.
Desde el punto de vista ecológico, el hallazgo viene a revelar que las especies comunes constituyen una especie de “atajo” para que los científicos puedan comprender un bosque en su conjunto, una cuestión relevante para la ciencia puesto que las masas forestales desarrollan funciones vitales, entre ellas absorber y almacenar el CO2.
“Nuestras conclusiones vienen a revelar que si nos centramos en conocer las especies arbóreas más comunes, probablemente podremos predecir cómo responderá todo el bosque a los rápidos cambios medioambientales actuales”, señala Declan Cooper, uno de los directores del estudio, afiliado al University College de Londres.
No obstante, el hecho de que el patrón de prevalencia de especies sea el mismo en bosques muy distintos es realmente “sorprendente”, agrega Cooper.
Una de las grandes diferencias, por ejemplo, es que mientras la Amazonía viene a ser una región de bosques interconectados, el Sudeste Asiático está compuesto de bosques tropicales repartidos en islas desconectadas.
Además, mientras el ser humano habita los bosques del Sudeste Asiático y de África desde hace más de 40.000 años, el hombre habría empezado a habitar la Amazonía hace unos 20.000 años.
En cuanto a la climatología contemporánea, los bosques africanos tienen un tiempo más seco y frío que las otras dos regiones de bosques tropicales.
Los investigadores creen que el hecho de que haya patrones idénticos de diversidad biológica en bosques tan distintos implica que pueda haber una especie de mecanismo común que pueda regir la formación del bosque, y seguirán investigando para constatar su existencia y entender cómo funciona.
EFE