Contenido creado por María Noel Dominguez
Tecnología

Vida en la Webb

Detectan posibles signos de vida en exoplaneta K2-18b con datos del telescopio Webb

Científicos británicos encontraron compuestos asociados a vida microbiana con un 99,7% de certeza.

17.04.2025 10:49

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2025-04-17T10:49:00-03:00
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Un equipo de científicos de la Universidad de Cambridge logró lo que podría ser el avance más importante hasta la fecha en la búsqueda de vida fuera de nuestro planeta: la detección de sustancias químicas asociadas a procesos biológicos en el exoplaneta K2-18b, ubicado a 124 años luz de la Tierra. El estudio fue publicado en The Astrophysical Journal Letters y se basa en observaciones del Telescopio Espacial James Webb.

Los compuestos hallados, sulfuro de dimetilo (DMS) y disulfuro de dimetilo (DMDS), son producidos en la Tierra por fitoplancton y bacterias, y su presencia en otro mundo constituye la evidencia más fuerte hasta ahora de vida fuera del sistema solar, según los investigadores.

Aunque la certeza actual es del 99,7%, aún no alcanza el umbral científico necesario (99,99994%) para confirmar categóricamente la existencia de vida. Sin embargo, los astrónomos consideran que este hallazgo podría marcar un punto de inflexión histórico.

El planeta en cuestión es un exoplaneta Hycean, categoría que describe mundos con atmósferas ricas en hidrógeno y superficies oceánicas, condiciones que podrían permitir la vida tal como la conocemos. Además de los compuestos biológicos, el telescopio Webb detectó vapor de agua y temperaturas compatibles con la habitabilidad.

El autor principal del estudio, Nikku Madhusudhan, declaró que “si confirmamos que hay vida en K2-18b, básicamente confirmaríamos que la vida es muy común en la galaxia”. El científico subrayó que la prudencia es esencial: “Solo probando una y otra vez podremos tener confianza plena. Así debe funcionar la ciencia”.

Implicancias para la ciencia y para la humanidad

Este descubrimiento no solo refuerza la capacidad del telescopio James Webb como herramienta transformadora, sino que también reaviva una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo?