Por The New York Times | Sheera Frenkel y Mike Isaac
SAN FRANCISCO — “Levanta la mano si sabes a quién van a despedir”, escribió un empleado de Meta este mes en un grupo de chat en línea para los ingenieros de la compañía. “Pon el emoji de fuego si crees que la situación está que arde”.
En respuesta, sus colegas pusieron decenas de diminutos emojis de fuego.
Un exempleado de Meta que trabajó en la división de negocios de la compañía durante casi cuatro años antes de que despidieran a la mayoría de su equipo agregó: “A mí ya me despidieron. Pero ya perdimos la cuenta, ¿no?”.
Mark Zuckerberg, el director ejecutivo de Meta, declaró que 2023 será el “año de la eficiencia” en su compañía. Hasta el momento, la eficiencia se ha traducido en despidos masivos. Zuckerberg ha realizado dos rondas de recortes de personal durante los últimos seis meses, en las cuales despidió a más de 26.000 empleados o cerca del 30 por ciento de la fuerza laboral de su empresa.
Al mismo tiempo, algunos de los ejecutivos de mayor rango de Meta se han mudado y administran grandes partes de la compañía de Silicon Valley desde sus nuevos hogares en sitios como Londres y Tel Aviv, Israel.
Los despidos y directivos ausentes, junto con las inquietudes de que Zuckerberg está haciendo una mala apuesta por el futuro, han devastado el ánimo de los empleados en Meta, según nueve empleados actuales y anteriores, así como mensajes revisados por The New York Times.
Los empleados en Meta, que apenas hace poco era uno de los lugares de trabajo más deseables en Silicon Valley, enfrentan un futuro cada vez más precario. El precio de las acciones de la compañía se ha desplomado en 43 por ciento desde su punto más alto hace 19 meses. Zuckerberg comentó en su página de Facebook que se efectuarán más despidos este mes. Además, dos empleados afirmaron que, por primera vez, algunos de estos recortes podrían ocurrir en grupos de ingeniería, lo cual habría sido impensable antes de los problemas que comenzaron el año pasado.
Erin Sumner, directora global de recursos humanos en DeleteMe a quien Facebook despidió en noviembre, mencionó: “Muchos de los empleados sienten como si estuvieran en el limbo en este momento. Dicen que es una mezcla entre ‘Los juegos del hambre’ y ‘El señor de las moscas’, porque todos están intentando demostrar su valor a sus jefes”.
Meta, la propietaria de Facebook, Instagram y WhatsApp, no es la única de las grandes compañías tecnológicas que ha puesto el freno a los gastos. Amazon, Microsoft, Google, Salesforce y otras corporaciones despidieron a miles de trabajadores en los últimos meses, redujeron el espacio de oficinas, eliminaron prestaciones y cancelaron iniciativas experimentales.
No obstante, Meta parece enfrentar los mayores desafíos. El año pasado, la compañía reportó trimestres consecutivos de menores ingresos (por primera vez desde que empezó a cotizar en la bolsa en 2012).
Mientras los pares de Meta buscan subirse a una ola de innovación en inteligencia artificial, Zuckerberg ha apostado a lo grande por el metaverso, un mundo inmersivo en línea. Sin embargo, no queda claro si los consumidores adoptarán su visión tal y como él espera. Aunque la compañía ha vendido veinte millones de visores de realidad virtual (más que cualquier otra empresa que produce tecnología similar), ha batallado para lograr que los clientes regresen a usar el producto de manera regular.
Muchos trabajadores en Meta ya se habían mostrado escépticos ante el viraje de Zuckerberg hacia el metaverso. Los empleados señalaron que dichas preocupaciones aumentan conforme el entusiasmo de los consumidores por el mundo virtual disminuye.
La ausencia de muchos altos ejecutivos en la sede de Meta en Menlo Park, California, está agravando las inquietudes. Tres empleados de Meta señalaron que Zuckerberg, de 38 años, está de licencia tras el nacimiento de su tercer hijo, pero se reúne seguido con ejecutivos para hablar de temas importantes. (La inteligencia artificial es una prioridad en esa lista).
Aunque Zuckerberg ha alentado a los empleados de base a regresar a la sede de la empresa, varios de sus principales ejecutivos se han mudado.
Naomi Gleit, una de las primeras empleadas de Meta y ahora directora de producto, se mudó hace poco a Nueva York, con lo que se unió a otros tres gerentes y altos ejecutivos de Meta que residen en esa ciudad. Guy Rosen, director de seguridad de la información de Meta, se mudó de regreso a Tel Aviv, donde vivía cuando Facebook adquirió su compañía, Onavo. Adam Mosseri, el director de Instagram, vive en Londres, y Javier Olivan, el director de operaciones de Meta, divide su tiempo entre Europa y Silicon Valley.
Empleados afirman que aunque los ejecutivos han estado asistiendo a las reuniones semanales de Meta a través de videollamadas, su ausencia en las oficinas de Menlo Park ha sido palpable, en especial ahora que Zuckerberg enfatizó que esperaba que los trabajadores regresen a la oficina.
Un portavoz de Meta afirmó que sus ejecutivos continúan viajando de manera regular a las oficinas de Silicon Valley.
Dos empleados aseguraron que, dentro de Meta, hay presión para demostrar que la gente está trabajando arduamente. Se ha sentido un escrutinio intenso en las revisiones de desempeño laboral recientes, realizadas con el apoyo de la firma de consultoría de administración Bain and Co. A los trabajadores, sobre todo en mandos intermedios, se les está pidiendo que justifiquen por qué sus trabajos son cruciales para los objetivos de Meta.
Dos personas dijeron que algunos empleados intentan aparentar estar más ocupados. Las personas aseveran que eso ha hecho que la gente sea más posesiva sobre su trabajo, lo que ha significado menos colaboración entre compañeros de trabajo. Una persona describió la atmósfera como “despiadada”.
Meta rechazó hacer comentarios sobre asuntos internos.
Si bien las dos primeras rondas de despidos afectaron en gran medida a los equipos de negocios y reclutamiento, los recortes previstos para este mes serán los primeros en afectar a los departamentos tecnológicos, incluidos los ingenieros, lo que sorprendió a los trabajadores, según manifestaron cuatro empleados, quienes no están autorizados para hablar con reporteros. Personas en el interior estiman que los recortes afectarán a los equipos dentro de WhatsApp, Instagram y Facebook.
Este año, en una de sus sesiones regulares de preguntas y respuestas con empleados, Zuckerberg expresó que no había una “manera perfecta de hacer” despidos y que él prefirió pecar por exceso de información sobre los próximos despidos cuando empezaron a filtrarse a la prensa las noticias acerca de estos. Esa “información” se reportó momentos antes en la reunión. Aunque los empleados se quejan de que Zuckerberg no se comunica lo suficiente con ellos, el director ejecutivo logró sorprender a algunos de ellos este año cuando ingresó a un grupo de discusión para Metamates, el nombre dado a los empleados.
Dos empleados que atestiguaron el intercambio indicaron que los trabajadores estaban chismeando sobre un artículo periodístico reciente que destacaba que Sergey Brin y Larry Page regresarían a Google para contribuir a la estrategia de inteligencia artificial de la compañía. Un empleado dijo en broma que el regreso de los cofundadores podría inspirar a Zuckerberg a volver a la labor de crear código en Facebook.
Después, Zuckerberg les respondió a los empleados, quienes no sabían que este seguía la conversación.
Zuckerberg escribió: “Nunca dejé de hacerlo”. Un autobús Meta Shuttle en los edificios Meta MPK20/21 diseñados por Frank Geary en el campus de la sede corporativa de la empresa en Menlo Park, California, el 3 de enero de 2023. (Aaron Wojack/The New York Times). Mark Zuckerberg, el director ejecutivo de Meta, sale del tribunal federal en San José, California, el 20 de diciembre de 2022. (Jason Henry/The New York Times).