La misión no tripulada de la NASA Artemis I, que tiene como objetivo preparar el camino de exploración lunar para el envío posterior de astronautas, despegó con éxito este miércoles desde el Centro Espacial Kennedy de Cabo Cañaveral (Florida) tras intentarlo cuatro veces.
El cohete SLS, con una altura superior a un edificio de 30 plantas (322 pies o 98 metros), se elevó con toda su fuerza a la 1.47 horas (6.47 GMT) abriéndose paso en la oscuridad de la noche junto con la nave espacial Orion acoplada.
Durante la preparación del despegue, la NASA detectó una "fuga intermitente" de hidrógeno líquido en la válvula de reabastecimiento en la etapa central del cohete y tuvo que enviar a la plataforma un "equipo rojo" de especialistas para ajustar los conectores.
La NASA ha tenido que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas.
Para este evento, la NASA proporcionó una transmisión en vivo y en inglés y español, que incluyó entrevistas con miembros de la misión y comentarios en directo durante el despegue a cargo de la astronauta de la NASA Kayla Barron.
Barron regresó recientemente de la Estación Espacial Internacional (EEI) con la misión Crew-3 de SpaceX y la NASA.
Igualmente, Joann Morgan, ingeniera del Apolo 11, la primera misión de la historia en lograr que un ser humano llegara a la Luna en 1969, envió un saludo a la misión lunar Artemis I.
El objetivo general del programa Artemis de la NASA es devolver a los humanos a la Luna por primera vez en medio siglo y establecer una base allí como paso previo para llegar a Marte.
La última misión de la NASA en la que sus astronautas pisaron la Luna se remonta a Apolo 17, que se llevó a cabo entre el 7 y el 19 de diciembre de 1972.
Durante los 42 días de misión, la NASA busca poner a prueba el cohete SLS (siglas en inglés de Sistema de Lanzamiento Espacial), el cual está potenciado con cuatro motores RS-25 y dos propulsores adjuntos, unas características que le ofrecen un 15 % más de potencia que el cohete Saturn usado en las misiones Apolo, según ha dicho la NASA.
El cohete SLS ha costado a la NASA unos 4.000 millones de dólares.
De igual forma, se medirán las capacidades de la nave Orión, en la que pueden caber hasta cuatro tripulantes, es decir uno más que la Apolo, y con reservas de agua y oxígeno que le permitirían unos 20 días de viaje independiente.
Dos horas después de este lanzamiento, y tras separarse del cohete SLS, la Orión continuará por su cuenta un trayecto que en total cubrirá unos 2,1 millones de kilómetros.
La nave, con tres maniquíes a bordo que recopilan datos para ayudar a futuras tripulaciones, volará cerca de la Luna, a unas 62 millas (casi 100 km) de su superficie, y luego entrará en una órbita lunar lejana en la que llegará a situarse a más de 61.000 kilómetros del satélite terrestre, es decir hasta donde no ha llegado ninguna otra cápsula para tripulación.
Igualmente, viajan con Artemis I diez minisatélites CubeSats de investigación, cada uno del tamaño de una caja de zapatos, que se desplegarán para tomar varias trayectorias tras la partida de Orión hacia su órbita lunar.
Entre los CubeSats está el LunaH-Mapa, una pequeña nave espacial que producirá un mapa detallado de porciones de la superficie lunar mediante el uso de tecnología de espectroscopia de neutrones.
A su regreso, a Orión le espera otra dura prueba, como es descender con éxito frente a las costas de San Diego, en California (EEUU), con apoyo de once paracaídas y en el que deberá aminorar de forma vertiginosa los 40.000 km/h de velocidad con la que alcanzará la atmósfera de la Tierra, un momento en que soportará hasta 2.760 grados Celsius de temperatura.
A esta misión le seguirá, en 2024, la primera tripulada del programa, la Artemis II, que hará el mismo trayecto, y se espera que con Artemis III, previsiblemente en 2025, toquen suelo lunar la primera mujer y hombre de color que viajen a la Luna.
Los humanos volverán a la Luna. . . para ir a Marte
Artemis I es una misión experimental, sin tripulación, que tiene entre sus objetivos testar si la cápsula Orión es capaz de llevar astronautas de manera segura a la Luna y traerlos de vuelta. Su lanzamiento desde Cabo Cañaveral ha sido "increíble, somos optimistas, los humanos volverán a pisar la superficie lunar".
La última vez que lo hicieron fue hace casi 50 años: "fuimos por un período corto de tiempo (...), pero ahora volveremos, no solo por ir, sino para aprender, para instalarnos y saber cómo vivir en la Luna", señaló en rueda de prensa el administrador de la NASA, Bill Nelson.
Y es que el objetivo general del programa Artemis es establecer una base en la Luna como paso previo para llegar en un futuro a Marte. Para ello, después de Artemis I (que transporta maniquíes), la NASA lanzará en 2024 a la órbita lunar Artemis II, con tripulación, y se espera para 2025 el despegue de Artemis III, misión en la que los astronautas, entre ellos una mujer, tocarían el suelo del satélite.
"Qué espectáculo tan increíble ver el cohete SLS de la NASA y la nave espacial Orión despegar juntos por primera vez (...). Esta prueba de vuelo nos ayudará a prepararnos para la exploración humana en la Luna y, en última instancia, en Marte", afirmó Nelson.
Para Mike Bolger, responsable del programa de sistemas terrestres de exploración, "hoy es un día increíble, el lanzamiento de Artemis I ha sido increíble. De pequeño soñé con trabajar en la NASA, podemos soñar con ello".
"Quería formar parte de aquello que puede cambiar el mundo y hoy lo hemos hecho", indicó en la rueda de prensa, en la que la NASA mostró una imagen de la Tierra "vista" por Artemis.
Pero esta primera misión del programa no solo quiere testar la nave Orión, de la que la Agencia Espacial Europea (ESA) -con participación española- ha diseñado, desarrollado y construido el módulo de servicio que proporciona propulsión, energía, agua, oxígeno y nitrógeno, además de mantener la cápsula a la temperatura adecuada.
También es una prueba definitiva para el nuevo cohete Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS, por sus siglas en inglés). Todos los participantes en la conferencia de prensa coincidieron en destacar, pese a los fallos detectados, que se trata del cohete más potente.
La NASA tuvo que retrasar cuatro veces la partida de la misión, dos por razones técnicas y otras dos por causas meteorológicas. Y hoy el despegue se retrasó una media hora: durante la preparación del lanzamiento, se detectó una "fuga intermitente" de hidrógeno líquido en la válvula de reabastecimiento en la etapa central del cohete.
"Este es un nuevo sistema y Artemis I es una misión de prueba. Servirá para aprender de los errores; el espacio es realmente duro y difícil si se pretende hacer lo que estamos haciendo", apuntó Nelson.
Emily Nelson, directora de vuelo del Centro Espacial Johnson (Houston), declaró que hoy es el principio de un emocionante proyecto y explicó que uno de los cometidos de Artemis es estudiar a los equipos, es decir testar las condiciones de máxima seguridad para los astronautas.
Viajan tres maniquíes con sensores de radiación y "el comandante" se llama Campos, en honor del ingeniero de la NASA de origen hispano Arturo Campos que tuvo un papel esencial en la solución de una emergencia que podría haber dado al traste con el Apolo 13, aquella de "Houston hemos tenido un problema".
"No vamos a dormir estos 26 días, pero es emocionante pensar lo que podemos ver y aprender", recalcó Emily Nelson.
EMOCIÓN EN LAS SALAS
La emoción en la sala de la rueda de prensa es la misma que se vivió en la retransmisión del evento (en inglés y español) y en sala de control.
A la 1,47 hora local (06.47 GMT) el cohete SLS se abrió paso hacia el espacio en medio de la noche dejando una estela de fuego y humo generada por sus cuatro motores SR25, con la nave espacial Orión acoplada.
"Tres, dos, uno. Ignición y despegue de Artemis I. Nos alzamos juntos de vuelta a la Luna y más allá", señaló sin poder contener la emoción el comentarista.
Tras el despegue, en la sala de control se cumplió con las tradiciones.
La directora de lanzamiento, por primera vez una mujer, Charlie Blackwell-Thompson, se dirigió a todo el equipo del que destacó el duro trabajo: "Os habéis ganado vuestro lugar en la historia (...) Sois parte de algo increíblemente especial, el primer paso del regreso de nuestro país a la Luna y a Marte".
Esta era la primera vez que Blackwell-Thompson se ponía al mando de un lanzamiento y se realizó con éxito, por ello se cumplió con una segunda tradición, cortar su corbata, de lo que se encargó Mike Leinbach, un antiguo director de lanzamientos durante la era del Space Shuttle.
La retransmisión de Artemis I, también con dos peluches a bordo -Snoopy y la oveja Shaun-, contó con música (filarmónica de Filadelfia) y una conexión en directo con la Estación Espacial Internacional, desde la que las astronautas Jessica Watkins (NASA) y Samantha Cristoforetti (ESA) compartieron sus experimentos.
EFE