El presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, anunció este viernes la demarcación de seis nuevas reservas indígenas, una de las principales reivindicaciones de los pueblos autóctonos y de los defensores del medioambiente.

El reconocimiento de estos territorios, abandonado durante el mandato del ultraderechista Jair Bolsonaro, es considerado por los científicos como una barrera fundamental a la deforestación en la Amazonía, en un país con un pujante agronegocio.

¿Cuáles son las tierras indígenas en Brasil?

Las tierras indígenas (TI) son "porciones dentro del territorio nacional habitadas por una o más comunidades indígenas (...) para usufructo indígena", según la Fundación Nacional de los Pueblos Indígenas (Funai), órgano gubernamental encargado de demarcar y promover el desarrollo de esas áreas.

Ese reconocimiento, asegurado en la Constitución brasileña, les otorga el derecho inalienable a ocupar sus tierras ancestrales y el uso exclusivo de sus recursos naturales, para preservar su modo de vida tradicional.

Según cifras de la Funai de 2021, las TI ocupan 13,75% del territorio de Brasil, la mayoría en la Amazonía.

Son en total 764 territorios, pero alrededor de un tercio de ellos aún no han sido demarcados.

La última homologación de tierras indígenas ocurrió hace cinco años, durante la presidencia del centro-derechista Michel Temer (2016-2018).

El ultraderechista Bolsonaro (2019-2022) cumplió su promesa electoral de no ceder "ni un centímetro más" de tierra para reservas indígenas.

Lula, en cambio, se comprometió el viernes a "trabajar para que se demarque la mayor cantidad posible de reservas indígenas".

¿Cómo es el proceso?

La Carta Magna de 1988 entregó a los indígenas los "derechos originarios" sobre las tierras que ocupan y atribuyó al Estado el deber de demarcarlas.

Es un proceso que puede durar años. Requiere estudios iniciales de identificación y delimitación por parte de la Funai, luego un análisis del Ministerio de Justicia y se completa con la "homologación", decretada por el presidente.

Pasada esa fase, el acceso de cualquier persona no indígena queda restringido, sujeto a autorización de la Funai.

Esto, en teoría, mantiene las reservas a salvo de intrusos, aunque en la práctica muchos pueblos permanecen vulnerables.

Los indígenas Yanomami, que habitan la mayor reserva del país, en la frontera con Venezuela, sufren desde hace años la invasión de mineros ilegales.

¿Cómo estas reservas ayudan al medioambiente?

Según la ciencia, las reservas indígenas ayudan a preservar el medioambiente.

Un estudio del Instituto de Recursos Mundiales (WRI) y la consultora Climate Focus concluyó en marzo de 2022 que las tierras boscosas de los pueblos originarios de Brasil, Colombia, México y Perú "capturan más del doble de carbono que las no indígenas".

Eso, indicó, se debe a sus prácticas tradicionales y sostenibles, y al hecho de que en gran parte se trata de bosques vírgenes.

Los beneficios de delimitar territorios indígenas también se observan en otros biomas, como los bosques atlánticos de la costa de Brasil, según un estudio publicado en enero por la revista científica británica PNAS Nexus.

"Otorgar títulos de propiedad a los pueblos indígenas es crucial si queremos garantizar el fin de la deforestación y preservar el equilibrio climático", dijo a la AFP Paulo Moutinho, un científico del Instituto de Investigación Medioambiental de la Amazonía de Brasil.

¿Pueden perder sus tierras?

Grupos políticos ligados a Bolsonaro y a ciertos sectores del agronegocio defienden la tesis jurídica de que los indígenas sólo tienen derecho a tierras que ocupaban hasta 1988, cuando fue promulgada la Constitución.

Pero los indígenas rechazan esta argumentación, alegando que muchos de ellos fueron expulsados de sus tierras, especialmente durante la última dictadura militar (1964-1985) y sólo pudieron regresar muchos años después.

La votación de la llamada "tesis del marco temporal" será retomada en junio por la corte suprema, que analiza un caso específico de una tierra en disputa en el sur del país. Este fallo tendrá alcance nacional.

Por Ramon Sahmkow para AFP