Tras las polémicas de las últimas semanas por la actividad de caza ilegal en el país y las repetidas denuncias de organizaciones ambientalistas, la Dirección Nacional de Medio Ambiente abrió ayer un espacio de diálogo en el que participaron actores de la academia, el gobierno y la sociedad civil, incluyendo a productores, operadores turísticos, cazadores y conservacionistas.
El director Nacional de Medio Ambiente, Alejandro Nario destacó que esta instancia que convocó a más de 100 personas "demuestra la madurez que hay en Uruguay para discutir a pesar de las diferencias".
Una de las presentaciones iniciales fue la del Centro Universitario Regional Este de la Universidad de la República (CURE/Udelar) donde se presentó un proyecto de investigación sobre la caza como problema científico y la necesidad de conocer mejor la realidad para tomar medidas acertadas.
También representantes de cazadores y organizaciones pro conservación presentaron sus visiones a favor y en contra de la caza en Uruguay y resaltaron la importancia de trabajar en conjunto sobre el tema y construir desde las diferentes visiones.
El cazador Mario Martínez señaló: "nos manejamos dentro de la ley, cazamos lo permitido, con armas en regla y respetando la fauna protegida. Sabemos que otros cazadores no lo hacen y así nos perjudican a todos".
Por su parte, Mauricio Álvarez, presidente de Conservación de Especies Nativas del Uruguay (Coendu) explicó que su organización, desde el origen, está en contra de la caza y argumentó que "los ecosistemas se regulan solos, el hombre es el que los desequilibra". Sin embargo reconoció que "los cazadores responsables y nosotros tenemos algo en común, ambos amamos la naturaleza, pero nos relacionamos de manera diferente".
De la valiosa información recogida en esta instancia, la Dinama tomará insumos para mejorar la regulación de caza en cuanto a la normativa, la coordinación interinstitucional, la promoción de buenas prácticas y el refuerzo de los controles y las sanciones
Una visión con propuestas: la del Museo Nacional de Historia Natural
Enrique González, encargado del Departamento de Mamíferos del Museo Nacional de Historia Natural, y Javier González, encargado de dirección del mismo organismo, presentaron un informe sobre la situación actual y la perspectiva de la caza en Uruguay.
El estudio que realizaron cita cifras estimadas sobre la caza para consumo de especies protegidas en Uruguay, con la hipótesis de que se estarían consumiendo anualmente al menos 18.000 mulitas, 9.000 tatúes, 5.800 carpinchos y 5.000 apereás. A ello se les suman también estimados de 1.000 jabalíes, 5.000 zorros, 3.000 nutrias y 3.000 liebres.
"Se ha demostrado que la caza puede ser útil para controlar las poblaciones de algunas especies problemáticas y también que muchas especies pueden ser cazadas de manera sustentable, pero ello requiere estudios, monitoreos, un marco legal adecuado y fiscalización efectiva", opinan los especialistas.
Por ejemplo, recuerdan que en Uruguay existe una ley de caza que en general no se cumple, por "el desconocimiento de la norma por el ciudadano común, a aspectos culturales del uso de la fauna y a la ineficiencia del sistema institucional para ejercer control".
Muchas especies pueden sufrir disminuciones drásticas por la caza, como aquellas consideradas problemáticas por su incidencia en la economía (cánidos y félidos), la sanidad animal y humana (murciélagos) y las que tienen zonas de distribución muy reducidas o poblaciones muy pequeñas (por ejemplo el venado de campo), remarca el estudio.
Los autores apuntan sin embargo que "la cacería complementa la dieta proteica y la economía doméstica de miles de familias del medio rural", "representa un ítem en la economía nacional" y "ha sido identificada como el método más adecuado para el control de algunas especies plaga, como el jabalí, la liebre y la cotorra". El problema es que "en Uruguay no hay una cultura de respeto a las leyes que regulan la caza: animales raros y en peligro de extinción se matan por curiosidad y son comentados en diarios e informativos, la Policía no representa una garantía para el cumplimiento de la normativa referente a la caza en casi todo el territorio, ya que los propios agentes en muchas ocasiones son también cazadores".
Los representantes del Poder Judicial "muchas veces no aplican la normativa por desconocimiento y por falta de jurisprudencia", lo que indica que "es necesario poner foco gubernamental, entre otras cosas, en los aspectos educativos de la temática, de modo de contribuir en el mediano plazo a la valoración social y el cuidado de la fauna como el recurso y el patrimonio natural que representa".
Propuestas
El Museo Nacional de Historia Nacional propuso la creación de un ámbito de discusión interinstitucional con el fin de "generar pautas para una estrategia nacional que desemboque en el adecuado conocimiento, uso y conservación de la fauna".
Entre las acciones que proponen está generar material -o profundizar el existente- para docentes y alumnos de Primaria, Secundaria y UTU "donde se trate el tema de la fauna nativa y su problemática, con elementos didácticos para aplicar en clase"
También mencionan, entre otros puntos, "desarrollar un análisis técnico de la situación de la caza y un plan estratégico para su regulación efectiva en el país", "fortalecer la oficina de Fauna con el ingreso de personal" (y también la fiscalización), "fortalecer el MNHN e impulsar su labor de educación", difundir diferentes tesis y trabajos sobre esta problemática en Uruguay, o buscar alternativas para mejorar el control de la caza en el país. El informe completo puede leerse a continuación.
Propuestas para la caza en Uruguay - Museo de Historia Natural by Montevideo Portal on Scribd