Normalmente, las audiencias del tribunal superior tienen lugar en un edificio neoclásico frente al Congreso en Washington, donde los aproximadamente 200 asientos reservados para el público van para quienes esperan durante horas frente a sus columnas blancas.
Dentro de la sala de audiencias, los equipos electrónicos están prohibidos y los periodistas no pueden informar sobre los procedimientos antes de su conclusión. Mientras que las grabaciones oficiales, solo de audio, se publican en línea varios días después.
Pese a los pedidos de reforma, la Corte Suprema siempre ha rechazado los micrófonos y las cámaras, alegando que no quiere dar demasiada importancia a las audiencias que tienen peso relativo en sus decisiones, en comparación con los argumentos enviados por escrito a los jueces.
Pero la pandemia de COVID-19 ha servido para introducir un cambio que se ha exigido durante años en este nivel de la justicia en pos de la transparencia.
Este lunes, por primera vez en su historia, varios medios, incluidos los canales Fox y C-Span, transmitirán en vivo los intercambios entre los magistrados y dos abogados, cada uno confinado en su hogar. Solo la representante del Estado dijo que iría a una sala de conferencias del Departamento de Justicia.
Los nueve jueces, entre ellos dos octogenarios, incluida la progresista Ruth Bader Ginsburg, se han visto obligados a teletrabajar durante casi dos meses.
Para esta sesión excepcional, sin embargo, no aparecerán ante las cámaras e intervendrán por teléfono.
Con el fin de evitar confusiones, hablarán uno tras otro según su antigüedad en el puesto, en lugar de hacerlo de manera improvisada como de costumbre.
El asunto elegido para comenzar esta modalidad de sesión es sobre el sitio de reservas de hoteles booking.com, que desea inscribir su nombre en el registro de marcas. Pero las autoridades señalan que el término "booking" (reserva) es demasiado amplio y se han negado a hacerlo.
El tribunal examinará otros nueve casos en las próximas dos semanas, con uno destacado el 12 de mayo: las declaraciones de impuestos de Donald Trump, que el presidente republicano se niega a entregar al Congreso y a un juez de Nueva York.
AFP