Por The New York Times | Teri Agins
Cuando Danielle Schmelkin decidió comprar en línea algo especial para ponerse el día de la boda de su sobrina en 2021, buscaba “un tipo muy específico de vestido con base en las tendencias que había visto en esas épocas”.
Para su sorpresa, http://Bloomingdales.com fue el perfecto asistente de compras. El filtro del menú para “vestidos formales” le dio 15 criterios para elegir, como largo del vestido, color, tipo de cuello, largo de la manga y adornos. Unos momentos después, estaba revisando 200 opciones viables. “Fue rápido y enfocado”, dijo. “No tuve ningún problema para ir de una página a otra porque había resultados que me interesaban”. Encontró “el vestido perfecto” y lo compró.
Algunos meses después, como parte de sus actividades por ser directora de información en J. Crew Group, a Schmelkin le presentaron a Lily AI, una plataforma operada con inteligencia artificial que comenzó a colaborar con los minoristas del sector de modas en 2019. Se enteró de que Bloomingdale’s ya era su cliente. Intrigada, Schmelkin puso a prueba su catálogo de productos de la marca Madewell de la empresa.
Madewell ofrecía fotos y descripciones de producto para sus prendas. Luego, gracias a la inteligencia artificial, Lily AI le asignaba unos 13 atributos a cada producto a partir de más de 15.000 etiquetas que un equipo de expertos en dominios de modas empezaron a curar en 2016, tres años antes de que Lily AI tuviera clientes minoristas. Para cuando Madewell la puso a prueba, Lily AI había realizado más de mil millones de búsquedas que ayudaron a volver más sofisticado el algoritmo. Así que pudo relacionar con precisión mercancía con términos de uso coloquial como “lujo discreto”, “sala de estudios” o “boho chic” que los compradores en línea introducían en la barra de búsqueda, en vez de solo almacenar descripciones de los bienes.
En menos de un mes, Madewell observó un incremento del tres por ciento en las compras derivadas de búsquedas en línea, según Schmelkin. Ahora, todo el grupo J. Crew utiliza a Lily AI y las marcas hasta ahora siguen observando “aumentos significativos”, comentó, y añadió que “Lily AI de verdad es buena”.
En vista de la aceleración en las compras en línea desde la pandemia, una de las prioridades de las principales cadenas minoristas es captar la atención de los consumidores (se calcula que un 70 por ciento de los que hacen una búsqueda al final no compran). Una opción es el tipo de aprendizaje automático, inteligencia artificial y preparación humana que ofrece Lily AI. Debido a la gran demanda de este tipo de tecnología, el mercado se ha vuelto cada vez más competitivo, con empresas emergentes relativamente nuevas como http://Syte.AI y http://Vue.AI .
Sin embargo, Lily AI se situó firmemente antes de que el alboroto reciente en torno a la inteligencia artificial causara tal frenesí. Ya tiene entre sus clientes a Macy’s, Bloomingdale’s, las marcas de Gap Inc., Abercrombie & Fitch y ThredUp.
Bloomingdale’s comenzó a usar a Lily AI en una prueba de cuatro meses con vestidos en octubre de 2019. Se registró un aumento del 3,5 por ciento en la conversión de órdenes en línea, según datos proporcionados por Lily AI. La minorista procedió a utilizar a Lily AI en todas las prendas en 2020. El año siguiente, Lily AI afirmó que Bloomingdale’s había generado aproximadamente 20 millones de dólares de ventas adicionales en línea. Bloomingdale’s indicó que había comenzado a utilizar a Lily AI para toda su mercancía en 2022.
Esos resultados han contribuido a que Lily AI atraiga inversionistas. Canaan Partners fue el socio principal en la Serie B de financiación de Lily AI por 25 millones de dólares en 2022, que llevó el total recaudado por la empresa a 42 millones de dólares.
Lily es “única porque resuelve específicamente el problema de descubrimiento del sitio web”, explicó Sucharita Kodali, analista de minoristas en Forrester.
“Lily comenzó a ganar popularidad entre las grandes minoristas y está bien posicionada para mantenerse y crecer”, y sumar otros sectores a los de ropa, belleza y hogar, como viajes y autos, señaló, pues considera que “la tecnología es agnóstica”.
Las fundadoras de Lily AI son Purva Gupta, de 35 años, directora ejecutiva de la empresa, y Sowmiya Chocka Narayanan, de 38 años, directora de tecnología. Ambas se mudaron de la India a Estados Unidos cuando eran unas veinteañeras porque soñaban con convertirse en empresarias.
La idea para Lily nació en 2013, después de que Gupta, quien es economista, se mudó a Estados Unidos con su esposo, un estudiante de maestría en Administración de Empresas en la Universidad de Yale. Fue en busca de un “vestido de playa vaporoso con mangas” en las tiendas de la ciudad de Nueva York y en línea, pero se llevó solo decepciones. Llegó a pensar que quizá el problema era la barrera del idioma, relató, y se preguntó si el problema sería que era inmigrante.
Así que Gupta cambió su actitud al modo de investigación académica y dedicó los siguientes 18 meses a explorar la comunidad de Yale y entrevistar individualmente a cualquier mujer estadounidense, de cualquier edad, con la que se topara. A cada una le pidió lo mismo: “Describe la última prenda de vestir que compraste y dime por qué compraste esa prenda específica y no otras que había disponibles”.
Habló con más de mil mujeres que usaban, en promedio, unos 20 términos para describir su reciente compra, ya se tratara de vestidos, blusas, bolsas o zapatos. Ninguna de ellas hablaba de la misma manera que hablan las minoristas.
“La tienda minorista dice ‘ropa deportiva de felpa francesa en color medianoche’, pero un consumidor dice ‘sudadera azul marino’”, explicó Gupta. Le pareció que superar esta brecha podría ser una buena oportunidad de negocios, “con un producto que tendría que ser de lo más técnico”.
Su esposo la alentó a ir a Palo Alto, California, al Founder Institute, una incubadora de negocios enfocada en la etapa de las ideas. Ahí conoció a Chocka Narayanan, ingeniera de software que abandonó la India en 2008 para estudiar una maestría en el campus Austin de la Universidad de Texas.
Chocka Narayanan, hija de padres ingenieros, se había adentrado en el mundo de las empresas emergentes tecnológicas desde que egresó de la carrera de Tecnología de la Información. En Estados Unidos, trabajó en Yahoo y luego ocupó el puesto de ingeniera de software sénior en desarrollo de producto en la empresa emergente de videojuegos Pocket Gems. Más adelante, fue ingeniera sénior en la gestora de contenido en la nube Box.
Con una inversión de 100.000 dólares de Unshackled Ventures, un fondo de inversión en primeras fases especializado en empresas emergentes fundadas por inmigrantes, estas dos mujeres lanzaron a Lily como una aplicación de compras. La tecnología de inteligencia artificial les ofrecía recomendaciones personalizadas a los compradores; el trabajo de investigación de consumidores realizado por Gupta fue la base en la que Chocka Narayanan construyó los algoritmos exclusivos de Lily. Pero se percataron de que la aplicación móvil de moda no sería escalable, por lo que ambas decidieron cerrarla y ajustar su modelo de búsqueda y compra a las necesidades de los principales minoristas de ropa. Así nació Lily AI. Las cofundadoras de http://Lily.ai, Purva Gupta y Sowmiya Narayanan en el hotel El Prado en Palo Alto, California, el 25 de agosto de 2023. (Jason Henry/The New York Times) Una ‘pequeña bolsa café’ de Bloomingdale’s, en el hotel El Prado en Palo Alto, California, el 25 de agosto de 2023. (Jason Henry/The New York Times)
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