Por The New York Times | Shira Ovide
Microsoft está apostando en grande a los videojuegos y, aunque seas como yo y en realidad no los juegues, vale la pena estar informado al respecto.
Microsoft anunció el martes que adquirirá Activision Blizzard, la compañía que desarrolla videojuegos como “Candy Crush” y la franquicia “Call of Duty”. Microsoft pagará casi 70.000 millones de dólares por la empresa de videojuegos, una gran suma incluso para una corporación tan rica. Activision encaja en los otros negocios de videojuegos de Microsoft, incluyendo la consola Xbox y títulos como la serie “Halo” y “Minecraft”.
No obstante, la compra de Microsoft también muestra que los videojuegos ya no son simple entretenimiento. Se han convertido en armas que los titanes tecnológicos de la actualidad emplean para encaminar nuestro futuro en la dirección de su preferencia.
Me refiero al “metaverso”, el terrible nombre corto que los tecnólogos han adoptado para una visión amplia de un internet futuro que desvanecerá aún más los límites entre la vida en línea y la vida real, así como entre las personas y las computadoras.
El metaverso es difícil de definir. (Podríamos simplemente llamarlo la siguiente fase del internet, pero me imagino que eso suena muy aburrido). Las compañías tecnológicas ahora creen que los videojuegos son el portal para avanzar más rápido hacia lo que sea que resulte ser ese internet futuro más inmersivo, y están dictando cómo lucirá, así como quiénes serán los ganadores y los perdedores.
El deseo de moldear el futuro del internet es una de las razones por las que Facebook se cambió el nombre a Meta y se ha concentrado tanto en su visor de realidad virtual, Oculus, y en sus reuniones de negocios virtuales similares a los videojuegos. También es la razón por la cual Apple está diseñando computadoras faciales, así como el porqué Amazon y Google han usado sus servicios de computación en la nube para facilitarle a la gente que transmita en directo videojuegos sofisticados a través del internet.
Los videojuegos han sido durante mucho tiempo un vistazo a lo que es posible. Incluso antes de que pasáramos horas en Facebook y YouTube, los diseñadores de videojuegos creaban mundos que no existían, pero se sentían reales. Los videojuegos estuvieron entre los primeros productos de consumo que probaron que las personas pagarían por cosas virtuales (por ejemplo, armas, ropa o tractores en “FarmVille”). Los videojugadores ya viven en el metaverso, y las empresas tecnológicas, en esencia, desean llevar ese sentido de imaginación a cada aspecto de la vida en línea, incluyendo amistades, compras y teatro en vivo.
No sé si alguna de estas grandes empresas tecnológicas sabe con exactitud cómo desea que se vea el internet más inmersivo. Tampoco sé si queremos que Mark Zuckerberg o el director ejecutivo de Microsoft, Satya Nadella, dicten el futuro de las interacciones humanas virtuales.
No obstante, el flujo de dinero hacia los videojuegos y otras tecnologías inmersivas indica que los titanes de la tecnología están tanto emocionados por el futuro como temerosos de la posibilidad de perdérselo.
Una nota al calce: Existe otra explicación menos interesante para la adquisición de Activision por parte de Microsoft. Es lo que sucede cuando la crisis se mezcla con la oportunidad y con sumas de dinero inimaginables.
Activision podría no haberse vendido si no hubieran surgido acusaciones de conductas sexuales inapropiadas en el lugar de trabajo y otros malos tratos a los empleados, lo que ocasionó problemas para la compañía durante el año pasado. Una cantidad significativa de sus trabajadores, así como reguladores y algunos de los inversionistas de la empresa, han dicho que Activision dejó que los problemas se gestaran durante demasiado tiempo. Las acusaciones afectaron el precio de sus acciones, por lo que se convirtió en una compra menos cara para Microsoft de lo que hubiera sido hace un año.
Respecto a las sumas de dinero inimaginables, Microsoft y la mayoría de los demás gigantes tecnológicos poseen montones de dinero y los precios de sus acciones están por las nubes (o más allá), por lo que pueden recibir dinero prestado prácticamente gratis. Eso hace que hasta las adquisiciones de negocios tan impactantes como la de Activision parezcan menos alucinantes de lo que hubieran parecido hace un par de años. (El precio de las acciones de Microsoft cayó un poco la mañana del martes, una señal de que los inversionistas cuestionan qué tan inteligente fue la compra o haber pagado un precio tan alto).
Aunque todavía no cuentan con la imaginación del metaverso, los videojuegos son una fuerza cultural en la actualidad y un gran negocio. Los videojuegos generan muchos más ingresos que la industria cinematográfica global y son, por mucho, las aplicaciones para teléfonos inteligentes más populares y lucrativas del mundo.
La compra de Activision por parte de Microsoft es una inversión considerable en el ahora y en el futuro. Microsoft anunció el martes 18 de enero de 2022 que adquirirá Activision Blizzard, la compañía que desarrolla videojuegos como “Candy Crush” y la franquicia “Call of Duty”. (Erik Carter/The New York Times)
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