La caza furtiva de rinocerontes para extraerles sus valiosos cuernos ha disminuido tanto en Africa como en Asia en los últimos años, pero la supervivencia de esta especie sigue fuertemente amenazada, según el resultado de las últimas investigaciones realizadas sobre su situación.
Desde 2018, las cifras de la caza de rinocerontes han caído y se estima que el comercio ilegal de cuernos se redujo a su nivel más bajo desde 2013, señaló hoy la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que apuntó que el gran reto ahora es conseguir que el número de ejemplares aumente.
Un estudio que acaba de ser publicado por la UICN indica que el 5,3 % de todos los rinocerontes blancos y negros de Africa fue cazado en 2015, una tasa que cayó al 2,3 en 2021.
El 90 % de casos se registró en Sudáfrica y la población africana de rinocerontes cayó un 1,6 % anual entre 2018 y 2021, pasando de 23.562 a 22.177 ejemplares.
Los expertos intentan ahora entender si la mejora relativa de la situación de los rinocerontes salvajes se debe a la pandemia y a los confinamientos forzados que provocó, ya que la caída de la caza furtiva fue mucho mayor en 2020 que en años anteriores.
Esto explicaría el aumento de la caza que se notó en 2021, con 451 rinocerontes cazados en Sudáfrica y seis en Kenia en 2021, frente a 394 en el primer país y cero en el segundo, el año anterior.
Del lado de la demanda, la UICN indicó que entre 2018 y 2020 hubo entre 575 y 923 cuernos de rinoceronte que llegaron ilegalmente a los mercados, mientras que solo entre 2016 y 2017 habían sido 2.378.
EFE