El ingeniero Breogán Gonda es uno de los fundadores de GeneXus, firma que jugó un rol fundamental en el rápido desarrollo de la aplicación CoronavirusUy, una herramienta excelente y mejor que otras creadas en el primer mundo para el seguimiento de la enfermedad. Lamentablemente, este producto -gratuito para el usuario y para el país- está siendo subutilizado.
"El coronavirus se ha tratado bien, pero está ahí, y va a seguir estando. Cuando hay un brote en una capital del interior, se puede actuar razonablemente con medios manuales para controlarlo", expresa Gonda en diálogo con Montevideo Portal, agregando que ese tipo de acción manual que funciona en una localidad pequeña "en Montevideo es inviable".
"Si en el área metropolitana de Montevideo, que suma bastante más gente que el departamento, surge un brote como el de Treinta Y Tres, es muy difícil de controlar, se le pierden las marcas", asegura.
En resumidas cuentas, el gran problema es el tiempo. "Cuando se descubre a alguien infectado, si esa persona y su entorno se controlan en seguida, se apaga el incendio. El problema es que muchos de los contagios son asintomáticos, y es posible que en el momento en que se está controlando, ya se haya producido el estallido. Se corre de atrás", graficó.
En ese sentido, el uso de una app como CoronavirusUy podría jugar un importante rol logístico.
Tal como se informara con anterioridad, el buen uso de la app requiere que el usuario tenga en todo momento activada la conexión bluetooth, y que se le habilite a la app la posibilidad de notificar. Una vez hecho esto, el celular registrará códigos provenientes de otros teléfonos -cuyos dueños hayan seguido los mismos pasos- y "que estén a una distancia máxima de cinco metros, y durante un tiempo mínimo de cinco minutos", describe el ingeniero.
Gonda destaca que estos códigos intercambiados entre aparatos son "algo totalmente impersonal" y no involucran información de los dueños de los teléfonos. Además, no se genera un almacenamiento permanente. "Esta información se borra automáticamente en cuestión de días", destaca. Jamás queda almacenada en una nube ni nada por el estilo. Por otra parte "el consumo de batería y del equipo es nada".
Los códigos manejados por app "permiten decir que el celular A y el B estuvieron en contacto y puede haberse dado un contagio". En ese caso, "el sistema, automáticamente y sin que nadie intervenga, avisa a ambos celulares. A partir de entonces son las personas las que tienen que actuar".
Una de las acciones que puede tomar la persona que reciba esta notificación es permitir que la app envíe, siempre de forma anónima, una notificación similar a otras personas que usen el programa y que en los últimos días hayan estado más de cinco minutos a menos de cinco metros. Estas acciones son voluntarias. "Nada de esto es forzoso, pero me parece que de hecho ya no es necesario convencer", considera el experto.
Todos podemos y debemos ayudar
Gonda destaca que CoronavirusUy "ha pasado por montañas de pruebas" en las que demostró su eficacia y confidencialidad. Sin embargo, para que resulte útil en la lucha contra el COVID-19 son necesarias dos cosas: que mucha gente la descargue, y que los usuarios la activen correctamente para que haga su trabajo.
"Todos tenemos la duda de quiénes la usan debidamente. Necesitamos que más gente la descargue y la habilite", insiste, considerando que "faltó énfasis en la recomendación de uso e instrucciones suficientemente simples y claras de cómo funciona el sistema y, en especial, las alertas de exposición" antes descritas.
Nada de miedos
Más allá de esa posible falta de información, el hecho de vivir en "tiempos de conspiranoia" también incide de forma contraria al interés general. Así, no faltan quienes se niegan a descargar o habilitar la app por miedo a un posible robo de datos, rastreo o hackeo.
En ese sentido, Gonda recuerda que "todos tenemos montones de aplicaciones en nuestros teléfonos" y que muchas de ellas "si quisieran espiarnos, lo harían".
Por el contrario, los códigos que se intercambian entre aparatos a través de CoronavirusUy no contienen ninguna información sensible. Por tanto, no sólo no entraña ningún espionaje, sino que tampoco es un botín para piratas informáticos, ya que esa efímera codificación "no sirve para más nada" fuera del cometido para el que fue creada. Por lo tanto, no es posible que nadie realice espionaje, robo de datos u otros delitos mediante la app.
"Tiene todas las garantías de que nadie quedará individualizado. Es algo que dio bastante trabajo y requirió involucrar a Apple y a Google, algo que de otra forma no habría sido necesario", relata.
Un producto de lujo
Gonda enfatiza que "muy pocos países" disponen una aplicación de este tipo. "Hacer esto por vías tradicionales, desarrollar un sistema así, es muy caro", explica, y pone como ejemplo de ello el caso alemán.
"Alemania tiene también un sistema con software de Apple y Google, aunque quizá no tan amplio como el nuestro". Ese sistema fue encargado por el gobierno "a dos grandes compañías, SAP y Deutsche Telekom", gigantes de la informática que pusieron mucha gente a trabajar en el producto y "lo terminaron más o menos al mismo tiempo que nosotros".
El costo de aplicación germana todavía no fue establecido con total claridad, pero se trata de una suma millonaria en euros. "Lo que sí se sabe con certeza es el costo mensual de mantenimiento, que es de 3,5 millones de euros", informa el experto.
"¿Por qué acá se pudo hacer gratis para el Estado? Porque usamos tecnologías mucho más avanzadas que en Alemania, y porque la gente que trabajó lo hizo de forma honoraria", concluye.
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