"Estamos pensando para las elecciones del futuro en un modelo digital de votación en el que cada elector podrá votar desde su celular", afirmó el presidente del Tribunal Superior Electoral (TSE) de Brasil, Luis Roberto Barroso, en una entrevista que concedió a corresponsales extranjeros, entre ellos Efe.
La máxima autoridad electoral de Brasil dijo que, pese a la seguridad y eficiencia ofrecida hasta ahora por las urnas electrónicas, el tribunal está pensando en nuevos sistemas debido al alto costo de los equipos, que son renovados en cada elección.
Agregó que el organismo electoral abrió un concurso público para que empresas de tecnología presenten nuevos modelos de elección digital y que 31 multinacionales, entre ellas grandes del sector como IBM, Microsoft e Indra, inscribieron sus proyectos.
"Estoy con la expectativa de que ellos presenten modelos de votación digital interesantes. Todas las empresas harán simulaciones de sus sistemas el 15 de noviembre en las ciudades de Sao Paulo, Curitiba y Valparaíso", afirmó Barroso.
Las simulaciones coincidirán con las elecciones municipales del domingo, en las que los 147,9 millones de electores brasileños renovarán los alcaldes y los concejos de los 5.569 municipios del país, en un proceso con urnas electrónicas cuyo resultado se espera que sea conocido pocos minutos después del cierre de los colegios.
"Todas las empresas inscritas van a presentar propuestas de elección digital en que puedan ser usados los dispositivos personales (una aplicación en celulares) u alguna otra forma más moderna de votación", afirmó.
El magistrado agregó que la adopción del voto digital permitirá a Brasil eliminar el alto costo de las urnas electrónicas cada vez que sean renovadas y los trastornos de ese cambio.
"Estamos pensando en un paso más allá de las urnas electrónicas. Si hoy en el mundo es posible transferir un millón de dólares mediante una aplicación de celular no hay razón para que no se pueda votar con seguridad desde un dispositivo celular", dijo.
El magistrado agregó que una vez conozca los modelos propuestos se reunirá con los colegas que presidirán el tribunal en las próximas elecciones para escoger uno que pueda ser adoptado inmediatamente, incluso para las elecciones presidenciales de 2022.
Barroso descartó que la adopción de un nuevo modelo pueda aumentar el riesgo de que las elecciones en Brasil sean cuestionadas o judicializadas.
Garantiza eficacia y seguridad
"Los criterios que establecimos para las 31 empresas que nos ofrecen sus modelos son sigilo, eficacia y seguridad. Sigilo porque el voto es sigiloso; eficacia porque nadie puede cambiar para algo peor y seguridad para garantizar que no habrá fraude. No cambiaremos si no nos presentan un modelo que nos garanticen que es totalmente seguro", dijo.
Pese a su deseo de que el nuevo modelo sea adoptado para las presidenciales de 2022, admitió que no puede prever lo que ocurrirá y si dos años serán suficientes para implantarlo, y dijo que, ante la reacción negativa que un cambio de esos puede generar en el país, lo más conveniente sería dejarlo para las municipales de 2024.
Sobre las declaraciones en las que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, insinúa que el resultado de las urnas electrónicas puede ser objeto de fraude y que por eso es necesario que cada equipo cuente con una impresora en el que pueda imprimirse el voto para permitir un conteo paralelo, aseguró que hasta ahora nadie a presentado una prueba de fraude en una elección brasileña.
"Las urnas electrónicas fueron adoptadas en 1996 y con el sistema se han realizado seis elecciones presidenciales que hasta ahora nadie cuestionó. Y todos los resultados estuvieron muy cerca de lo que pronosticaban los sondeos", dijo.
"Nadie presentó hasta ahora una evidencia de fraude. Además, siempre antes de cada elección, el tribunal abre su sistema para que hackers intenten violarlo y hasta ahora nadie consiguió entrar al corazón del sistema", agregó.
Afirmó que, de cualquier forma, el resultado de las urnas es auditable debido a que todas imprimen un boletín con los resultados independiente de que el mismo sea transmitido internamente.
Según Barroso, equipar cada una de las 500.000 urnas con una impresora tendría un costo de 2.500 millones de reales (unos 462,9 millones de dólares), casi el doble de lo que cuesta cada elección (1.200 millones de reales o 222,2 millones de dólares).
Agregó que la adopción del voto impreso junto al electrónico abriría la posibilidad de que cada candidato derrotado pida una verificación del resultado, lo que no sólo atrasaría el escrutinio sino que permitiría la judicialización de las elecciones.
"Cambiar el sistema, además de pagar un precio caro por las impresoras y aumentar el riesgo de disputa y judicialización, es un total retroceso. Las elecciones en Brasil difícilmente llegan a los tribunales porque el voto electrónico es muy fiable. Una de las razones para que la Justicia niegue el voto impreso es precisamente impedir que los perdedores pidan verificación de todo", señaló.
Con información de EFE