Un equipo de investigadores australianos ha hecho el primer censo de la diversidad genética de las poblaciones de delfín común (Delphinus delphis) que viven en los 3.000 kilómetros de la costa meridional de Australia, un exhaustivo estudio que será clave para su conservación.

En un artículo publicado en la revista BMC Ecology and Evolution, los autores del estudio reclaman más esfuerzos de conservación y políticas para favorecer el contacto entre estos grupos de delfines y preservar la diversidad genética del ADN de estos mamíferos.

  Estas medidas -afirman- favorecerán el flujo genético a largo plazo y la adaptación de los delfines a los cambios del hábitat y de las condiciones oceánicas provocadas por el cambio climático y la actividad humana.

Según los autores, garantizar niveles elevados de variación genómica puede ser una ayuda muy importante para la supervivencia a largo plazo de estos mamíferos marinos y de otras especies, resume Andrea Barceló, investigadora de la Universidad de Flinders (Adelaida) y primera autora del estudio.

"La información sobre cómo afecta el medio ambiente a la diversidad del ADN de las poblaciones marinas puede ayudar a gestionar a la población y prevenir cómo pueden hacer frente al cambio climático y a otros impactos antropogénicos", explica Barceló.

Además, los investigadores de Flinders y de la Universidad de Macquarie (Sidney) sostienen que el mantenimiento de los contactos entre grupos distintos puede promover la variación genómica de la especie a largo plazo, lo que a su vez mejorará la viabilidad de la población ante futuros impactos antropogénicos como los eventos climáticos desfavorables.

"Si bien, aunque todavía se desconocen muchas condiciones de reproducción y alimentación, es importante que los gestores de los entornos costeros tengan en cuenta la importancia de la diversidad del ADN, sobre todo en caso de cambios en condiciones ambientales clave como la temperatura del agua, la salinidad y las fuentes de alimento", añade Luciana Möller, de Flinders.

El análisis de las diferencias adaptativas de más de 200 ejemplares reveló cinco poblaciones de delfines que viven desde Australia Occidental hasta Victoria y los comparó con las condiciones ambientales y los suministros de alimentación disponibles de cada zona.

Así, la variación genómica de los delfines de la costa meridional de Australia Occidental se asoció con las corrientes locales, mientras que la diferenciación genómica de los delfines comunes que viven a lo largo de la plataforma continental estaba afectada por las variaciones de la productividad primaria y las temperaturas de la superficie del mar.

Por el contrario, la diferenciación genómica de los delfines comunes de los hábitats costeros protegidos y de las áreas de ensenadas más cerradas se asoció a las variaciones de la salinidad y de las temperaturas locales.

Esta evaluación genómica del paisaje marino identificó genes candidatos para futuros estudios comparativos de delfines comunes y potencialmente de otras especies que viven en ambientes similares en todo el mundo.

EFE