Aroeria-3 es el nombre que se le ha dado al cráneo humano localizado en una gruta del río portugués Almonda -afluente del Tajo- que, además de ser el más antiguo de Portugal, demuestra la hipótesis de que el fuego ya había sido "domesticado" hace 400.000 años.
El jefe de la expedición arqueológica es el portugués João Zilhão, que trabaja en la Universidad de Barcelona (nordeste de España), aunque en el momento del hallazgo era el catalán Joan Daura -ahora adscrito al Centro de Arqueología de la Universidad de Lisboa- el que dirigía las excavaciones.
En una entrevista con la agencia Efe, Zilhão explica que la Gruta de Aroeira, integrada en el conjunto de cuevas de Almonda, llevaba 30 años en proceso de excavación y que ya habían encontrado en su interior huesos de animales quemados.
"Estos huesos no habían podido llegar hasta allí por arrastres", afirma Zilhão, por lo que, una vez que fue fechado "con total exactitud" el cráneo localizado, "se puede asegurar la idea que se tenía de que hace 400.000 años el hombre había domesticado el fuego para calentarse o para comer".
El cráneo aún se encuentra en el Laboratorio de la Universidad Complutense de Madrid, donde trabaja el arqueólogo Juan Luis Arsuaga, codirector del yacimiento de la Sierra de Atapuerca (norte español), donde se han localizado cráneos similares.
Almonda puede convertirse en un centro arqueológico similar al de Atapauerca. Lo que ocurre es que en este yacimiento burgalés aparecieron rápidamente los fósiles humanos y en la zona portuguesa no han sido localizados hasta pasados 30 años.
"Tenemos trabajo para 200 años", asegura el arqueólogo luso, que trabaja en el Instituto Catalán de Investigación y Estudios Avanzados (ICREA) de Barcelona y, además, está inmerso en un trabajo de investigación arqueológica para la Universidad de Murcia (sureste español).
El conjunto del Yacimiento de Almonda se sitúa en el nacimiento del río, en una base que tiene un desnivel de 75 metros.
Desde las primeras excavaciones ya habían sido localizadas todo tipo de herramientas del Paleolítico Inferior, sobre todo, hachas de piedra que usaban los hombres de esa época.
Sin embargo, no fue hasta 2014 cuando la Gruta de Aroeira se convirtió en un referente para la investigación de la procedencia humana, tras ser localizado el fósil de un cráneo incrustado sobre una roca, un hallazgo que se ha hecho público en las últimas horas.
"Yo, en el momento de ser localizado, no estaba en la gruta y cuando llegué, 40 minutos después, me mostraron, con preocupación, que habían agujereado un cráneo humano en la zona parietal", relata el arqueólogo.
"En ese mismo instante, ya supe que se trataba de un cráneo de 400.000 años de antigüedad" aunque, para completar con exactitud el estudio, decidieron extraer toda la roca, "que pesaba unos 100 kilos", para que fuera estudiada por Arsuaga en Madrid, agrega.
Ahora que está muy bien datado, el cráneo será devuelto en breve a Portugal para ser depositado en el Museo Nacional de Arqueología de Lisboa, donde se pretende hacer una exposición a partir de septiembre u octubre próximo.
Otra de las conclusiones "importantes" que se extraen de este hallazgo, una vez comparada la semejanza con los cráneos de Atapuerca, es que, a diferencia de lo que piensan muchos investigadores, hace 400.000 años "no había varias especies de humanos, sólo había una, aunque más diversa que en la actualidad".
"Por tanto, cuando me preguntan a qué especie humana perteneció este cráneo, yo lo digo muy claro: a la especie humana, la única que hay", concluye João Zilhão.
EFE