El mes pasado, varios medios de comunicación informaron que Rusia podría estar planeando desplegar un arma nuclear espacial.
Esto desembocó en una reacción de alarma de políticos estadounidenses y ambientalistas espaciales, sobre una posible amenaza de aniquilación nuclear que podría representar la existencia de bombas nucleares en el espacio.
Según informó el medio The Verge, de todas formas, el gobierno de Estados Unidos aseguró que dicha iniciativa no implicaría una amenaza para la gente en terreno.
“En cambio, apuntaría a otros objetos en el espacio, como los satélites utilizados por el ejército estadounidense para comunicaciones y otras operaciones”, consignó el medio.
Sin embargo, esta versión no convenció a algunos, especialmente considerando la “imprevisibilidad del presidente ruso, Vladimir Putin, quien “ha indicado que poner una unidad de energía nuclear en el espacio es una de sus prioridades”.
“A largo plazo, los expertos en defensa advierten que tener un arma nuclear colocada en el espacio podría representar una amenaza para la vida en la Tierra al erosionar las relaciones internacionales y el derecho espacial. Desde nubes de desechos espaciales que podrían cortar el acceso al espacio hasta el desarrollo de armas que podrían lanzarse desde el espacio para alcanzar objetivos en tierra, las armas nucleares espaciales tienen el potencial de afectarlo todo y a todos”, señala The Verge.
En esta línea, se aclara que, aunque ya existen armas antisatélites, ninguna de ellas es nuclear.
Ningún país ha utilizado jamás un arma antisatélite contra otro, pero varios países han destruido sus propios satélites en demostraciones de sus capacidades militares, entre ellos Estados Unidos, Rusia, China y la India.
Un arma nuclear en el espacio causaría mucha más destrucción que las pruebas anteriores de armas antisatélites, explicó Andrew Reddie del Laboratorio de Seguridad y Riesgo de Berkeley, ya que las armas espaciales existentes normalmente destruyen sólo un satélite a la vez. En la era de las enormes constelaciones de satélites como Starlink, destruir un solo satélite es más una molestia que una gran amenaza.