Alemania entra este viernes en una fase clave de la transición energética con el apagón de tres centrales nucleares -quedarán tres más que se cerrarán en 2022- con lo que aumenta el reto de impulsar el uso de las energías renovables.
"Antes de la media noche del 31 de diciembre la central de Grohnde saldrá de la red", dijo la portavoz del consorcio PreussenElekrta, Almut Zywekck, en un comunicado.
Además de la central de Grohnden (oeste del país) se desconectarán las de Brockdorf (norte) y Grundremmingen (suroeste).
"El abandono de la energía atómica es irreversible", dijo, por su parte, la ministra de Medioambiente, Steffi Lemke.
Las tres centrales cubrieron durante 2021 un 6 por ciento de las necesidades energéticas de Alemania.
Sin embargo, según la Asociación de Empresas Energéticas esto no causará problemas en el suministro puesto que Alemania produce actualmente más energía de la que consume.
Lo que si puede ocurrir es que en 2022 se aumente las importaciones de energía en algunas regiones pese a lo cual las exportaciones seguirán siendo mayores.
Un temor que existe es que parte de la energía generada por centrales nucleares termine siendo reemplazada por el carbón, lo que sería problemático para las metas de protección del clima de Alemania.
La experta en cuestiones energéticas del Instituto de Estudios Económicos (DIW) de Berlín, Claudia Kemfert, recordó en declaraciones a la Segunda Cadena de Televisión Alemana (ZDF) que en el pasado la energía atómica que deja de producirse ha sido reemplazada por energías renovables.
El proceso de abandono de la energía nuclear empezó en 2001, con una ley aprobada con el entonces Gobierno rojiverde, y se reafirmó en 2011, cuando tras la catástrofe de Fukushima Angela Merkel llevó a que su partido, la Unión Cristianodemócrata (CDU), diera un giro radical en su posición ante el tema atómico.
En los últimos 20 años las energías renovables han pasado a representar entre el 40 y el 50 por ciento de la matriz energética, después de que al comienzo del plan para el abandono de la energía atómica tenían un papel prácticamente insignificante.
"Con ello las energías renovables han compensado con creces lo que ha dejado de producirse de energía atómica", dijo Kemfert.
Sin embargo, Kemfert admitió que a corto plazo la desconexión de las tres centrales puede representar un revés para las metas de protección del clima, debido a que en los últimos años se ha frenado el avance de las renovables.
La idea de volver a la energía atómica es rechazada por Kemfert quien señalada que si se empezará a construir una nueva central nuclear en Alemania -debido a lo largo del proceso- ésta solo podría llegar a producir energía cuando ya se hubiese completado la transformación energética y las renovables representasen cerca del 100 por ciento de la matriz.
"La energía atómica es una tecnología del pasado, no del futuro", subrayó la experta.
Además, según Kemfert, el fomento de las renovables y el abandono paulatino de la energía nuclear han sido dos procesos que han estado ligados desde el comienzo.
Por otra parte, desde 2010 el crecimiento de las renovables también ha permitido que se reduzca el uso del carbón y las emisiones de CO2 relacionadas con la producción de energía han bajado en un 40 por ciento.
La ralentización del crecimiento de las renovables ha sido identificada por el Gobierno de Olaf Scholz como el principal problema por lo que se ha propuesto revertir esa tendencia.
Para 2030, según los planes del Gobierno, las renovables deberán representar un 80 por ciento de la matriz energética alemana.
Para ello se requiere una ofensiva de construcción de parques eólicos y de equipos para producir energía solar que puede cambiarle la cara a Alemania.
Las encuestas muestran que cerca de tres cuartas partes de los alemanes apoyan el abandono de la energía nuclear. De las agrupaciones representadas en el parlamento solo la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD) se mostrado partidaria de alargar la vida de las centrales atómicas.
EFE