La mayor tormenta de la historia de las observaciones meteorológicas en Rusia azota la península de Crimea y la región sureña de Krasnodar, con rachas de viento de hasta 144 kilómetros por hora que han causado ya cuatro muertos y han dejado sin electricidad a más de un millón de personas.
“Hemos experimentado un verdadero armagedón, ni los más viejos del lugar recuerdan vientos tan fuertes y olas tan grandes. Habían pasado cosas semejantes, pero nunca tanta destrucción”, afirmó a la televisión rusa el jefe del Parlamento de Crimea, Vladímir Konstantínov.
La tormenta se cobra cuatro vidas
Las autoridades locales informaron sobre la muerte de dos personas en Crimea. Un marinero en el estrecho de Kerch, que separa la península del continente ruso, y otra persona que salió a pasear en la localidad de Morske, a orillas del mar Negro.
En Krasnodar, una persona murió en el balneario de Sochi debido a la caída de un árbol, mientras que otra perdió la vida en el Istmo de Sudhuksk.
Ante el mal tiempo, las autoridades crimeas decretaron este lunes día no laborable. Mientras, el gobernador de Sebastopol, Mijaíl Razvozháev, declaró el lunes el estado de emergencia en la ciudad portuaria, donde radica la base de la flota rusa del Mar Negro.
Graves daños materiales
Los vientos huracanados derribaron 189 árboles y dañaron los tejados de 42 edificios de apartamentos y más de 700 animales marinos murieron por la inundación de una de las salas de Museo-Acuario de Sebastopol, informó Razvozháev en Telegram.
Los servicios de Emergencias rusos informaron de daños en 307 localidades de Crimea e inundaciones en el puerto de Eupatoria, en la costa occidental de la península y a unos 60 kilómetros al norte de Sebastopol.
Con el fin de paliar las consecuencias de la tormenta que aún asola la región, Emergencias envió a más de 1.300 personas y 432 equipos a la zona del desastre, a los que se sumaron 183 brigadas de electricistas.
En total, según declaró a la televisión rusa el viceministro de Energía de Rusia, Yevgueni Grabchak, “alrededor de 1,2 millones de personas” no tienen electricidad.
“Esperamos que gracias a los esfuerzos aunados de los electricistas y las autoridades regionales podamos restablecer el servicio eléctrico en el transcurso de dos a tres días”, explicó.
El presidente ruso, Vladímir Putin, abordó este desastre natural con las autoridades locales y encargó al gobierno central que atienda con celeridad las necesidades de las regiones afectadas.
El temporal sigue, pero comienza a amainar
El temporal ya superó el pico de intensidad, declaró Konstantinov, según el cual “para el fin de la jornada comenzará a retirarse el agua” de las zonas anegadas, un proceso que “tomará cierto tiempo”.
“En cualquier caso, los pronósticos apuntan a que la situación mejorará un poco. Todavía hay viento, pero ya no es tan fuerte”, aseguró.
Según el Servicio Meteorológico de Rusia, el mal tiempo se mantendrá al menos dos días más y sólo comenzará a calmarse este jueves.
En Krasnodar se mantendrán hasta el miércoles lluvias fuertes y vientos de entre 20 y 26 metros por segundo, mientras que en Crimea continuarán los vientos huracanados de entre 35 y 40 metros por segundo, sostuvo.
Los efectos de la tempestad se hicieron sentir también en el sur del Mar Negro, donde varias localidades turcas sufrieron los embates de las olas.
Con base en EFE