Un equipo de científicos anunció este viernes que el
espécimen de ballena picuda de Bahamonde hallado en Nueva Zelanda en julio
falleció probablemente por un fuerte golpe en la cabeza, según la disección
realizada para conocer más sobre este cetáceo, considerado el más raro del
mundo.
En un comunicado, el Departamento de Conservación neozelandés, en colaboración
con la Universidad de Otago y otras instituciones locales, afirmó que la
disección, realizada la semana pasada, permitió a los científicos observar por
primera vez el interior de un espécimen completo.
El asesor del departamento y especialista en ballenas picudas, Anton van
Helden, señaló que la ballena tenía moratones en la cabeza y el cuello y una
mandíbula rota, por lo que creen que un traumatismo en la cabeza causó su
fallecimiento.
"No lo sabemos, pero sospechamos que debe de haber habido algún tipo de
trauma, pero lo que lo causó sería una suposición", aseveró el científico.
Los científicos, entre los que hay expertos de Nueva Zelanda y de Estados
Unidos, descubrieron que la ballena tenía dientes vestigiales, que han perdido
su función por la evolución, y un estómago de ocho cámaras, al tiempo que
estudian estructuras de la alimentación y la producción de sonidos.
"Estos pequeños dientes incrustados en la encía (de la mandíbula superior)
nos dicen algo sobre su historia evolutiva. Es sorprendente ver esto y es otra
cuestión de la que no teníamos ni idea", indicó van Helden.
En el estómago de varios compartimentos, algo habitual en las ballenas,
encontraron restos de calamar y lombrices, entre otros organismos que están
analizando.
Van Helden señaló que continuarán estudiando a este espécimen de ballena de
Bahamonde ('Mesoplodon traversii' o 'M. bahamondi'), también conocidas como
zifios de Travers o mesoplones de Bahamonde.
Por otro lado, los científicos también destacaron que la disección de la
ballena se realizó en colaboración con representantes de las tribus indígenas
para quienes las ballenas son importantes culturalmente.
Una miembro del consejo local, Runanga Rachel Wesley, dijo que se trata de la
primera vez que un representante indígena colaboró con científicos para
"aunar los sistemas de conocimiento indígena y occidental con el fin de
mejorar el entendimiento de la ballena y su comportamiento".
La ballena, de unos 5 metros de largo, fue hallada a comienzos de julio en una
playa de la región de Otago, en la Isla Sur de Nueva Zelanda.
Estos zifios o ballenas picudas se distinguen por sus hocicos alargados, sus
dientes prominentes y su forma parecida a la de los delfines, al tiempo que
viven en aguas muy profundas y se alimentan de calamares y otros animales,
aunque se desconoce casi todo de su comportamiento al no haberse avistado nunca
un ejemplar vivo.
Los primeros restos de este cetáceo se encontraron en 1874 en Nueva Zelanda,
aunque la confirmación de que era una nueva especie se realizó en 1986 tras el
hallazgo de un esqueleto en la isla de Robinson Crusoe (Chile).
EFE
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