La anunciada y esperada entrevista al narcotraficante Sebastián Marset, emitida anoche en el programa Santo y seña (Canal 4), fue un éxito en materia de audiencia. Batió la marca de rating del propio programa y, a su vez, proveyó tema de conversación a los usuarios de redes sociales.
El reportaje fue realizado por la periodista Patricia Martín, productora general del programa, quien durante meses negoció a través de terceros el reportaje con el narco más buscado de Sudamérica. Según relató ella misma, el trabajo dio sus frutos a comienzo de este mes, cuando logró coordinar la entrevista.
Para ello viajó a Paraguay en un vuelo de línea y allí, en manos de adláteres del delincuente, hizo dos viajes en helicóptero hasta llegar a un punto desconocido, donde la aguardaba el entrevistado.
Tras la emisión de la entrevista, internautas uruguayos —y también bolivianos y paraguayos— vertieron sus consideraciones, críticas y elogios en las redes sociales.
Uno de los puntos más debatidos fue el tono general del reportaje, que para algunos consistió en un innecesario y reprochable ditirambo. En ese mismo sentido, no faltaron quienes plantearon una hipótesis conspirativa que supondría un toma y daca: Marset obtenía la posibilidad de que su familia se entregara en Uruguay, y él hacía declaraciones que apuntaran a los gobiernos de otros países y dejaran fuera del problema al de Uruguay.
Sin llegar a semejantes inferencias, otros entendieron que el reportaje presentaba una imagen romántica de Marset, quien aparecía como un sujeto amable, hombre de familia y de fe, y enemigo de la violencia, estampa que chocaría frontalmente con el hecho de que se trata de uno de los delincuentes más buscados del continente.
Sobre este punto, algunos internautas se apoyaron en un lapsus o expresión infeliz que Patricia Martín pronunció durante la emisión en vivo. “No todos los delincuentes son malas personas”, dijo la reportera. Más allá de ese comentario puntual, la mayoría de los tuiteros destacaron su labor.
Y como era de esperar, no faltaron quienes aportaron la cuota de sarcasmo a través de bromas y chistes.