En un futuro no muy lejano, la gente podría explorar nuevas fronteras en el espacio: la NASA ve a Marte como un objetivo para la década de 2030, pero SpaceX, de Elon Musk, está deseosa de enviar cohetes directamente a ese planeta. De hecho, el propio Musk ha reflexionado con frecuencia sobre la posibilidad de formar una colonia allí.
Visitar Marte es una cosa, pero ¿podrían los humanos colonizarlo? Algunas cuestiones tecnológicas y biológicas están pendientes, pero este fragmento de ciencia ficción podría realizarse durante nuestras vidas.
El portal ExtremeTech analizó el estado actual de la ciencia para dilucidar acerca de si el humano podría colonizar el planeta rojo.
Alcanzar Marte
Para llegar al objetivo se necesita un gran cohete.
Las agencias espaciales llevan décadas enviando pequeñas sondas y módulos de aterrizaje a Marte. Si bien no está tan lejos, llegar requiere de mucha energía.
Pocos cohetes, incluso en la etapa de prueba, podrían apoyar misiones tripuladas a Marte. SpaceX tiene dos vehículos que teóricamente son capaces de llegar: está el Falcon Heavy, que actualmente está volando y ha demostrado que puede lanzar un vehículo de casi 6.000 kg más allá de la órbita de Marte. Este cohete también lanzará la mencionada misión Europa. Sin embargo, Musk ha presentado Starship como el cohete a Marte desde los primeros avances, pero este cohete aún no está en pleno funcionamiento.
Starship es el cohete más grande y poderoso del mundo y está siendo diseñado para ser completamente reutilizable. Actualmente estamos esperando el cuarto intento de lanzamiento orbital de Starship (los dos primeros terminaron en fracasos catastróficos, y el tercero tuvo mayor éxito hasta que intentó volver a entrar en la atmósfera de la Tierra).
Musk ha hecho muchas grandes promesas, pero la potencia del Falcon 9 sugiere que SpaceX podría lograrlo.
Por tanto, existe la posibilidad de que, dentro de una década, tengamos múltiples vehículos capaces de transportar personas y materiales a Marte.
Vivir en Marte
Una vez en el planeta rojo, los humanos debemos enfrentarnos al entorno de una superficie inhóspita. Marte tiene una delgada atmósfera de dióxido de carbono, interminables extensiones de paisaje polvoriento y aproximadamente un tercio de la gravedad de la Tierra. ¿Es posible vivir en esas condiciones?
Marte no tiene campo magnético, lo que significa que el viento solar destrozará continuamente la atmósfera. También significa que los colonos estarían expuestos a una intensa radiación, hasta 700 veces más de la que encontrarían en la Tierra. Cualquier ser humano que viva en Marte debe extremar las precauciones para evitar la exposición a la radiación.
Los hábitats podrían construirse bajo tierra o con protección para reducir la exposición, pero cualquier excursión a la superficie sería como hacerse una radiografía de tórax. Con el paso de los años, la probabilidad de sufrir enfermedades por radiación y cáncer se vuelve bastante alta.
Construir un asentamiento que pueda proteger a los residentes de la radiación llevará mucho trabajo, e incluso SpaceX con una flota Starship en funcionamiento podría verse en apuros para enviar todos los materiales necesarios para la construcción. Es por eso que la NASA y otros han estado investigando la utilización de recursos in situ para la Luna y más allá.
La agencia se ha comprometido con empresas para construir prototipos de hábitats a partir de regolito marciano y lunar simulado. La NASA ha hecho planes para enviar una impresora 3D a la Luna para probar estas técnicas de construcción, pero esto no sucederá hasta dentro de 5 a 10 años, según el ritmo de lanzamientos de Artemis.
Incluso con una casa adecuadamente protegida, posiblemente hecha del propio Marte, todavía hay que lidiar con la física. Vivir en un planeta con un tercio de la gravedad de la Tierra puede parecer divertido, pero podría haber efectos secundarios adversos.
ExtremeTech habló con Adam Steltzner del JPL antes del aterrizaje del Perseverance y notó los pocos datos que están disponibles sobre la fisiología humana en baja gravedad. Sus ojos pueden cambiar de forma, sus músculos se atrofian, sus fluidos espinal y linfático pueden no fluir correctamente y podrían existir nuevos riesgos de embarazo que no se ven en la Tierra. Ni siquiera sabemos si los huesos crecerán y sanarán correctamente sin la gravedad normal de la Tierra. Si los humanos no pueden ser felices, sanos y fructíferos en Marte, ¿qué sentido tiene ir?
Si bien es posible que pronto tengamos cohetes capaces de enviar grandes grupos de personas y cargas pesadas a Marte, la tecnología que permitiría a esas personas vivir de forma segura en Marte está mucho más lejos. Puede que ni siquiera seamos conscientes de algunos de los problemas fisiológicos que debemos resolver.
Dicho todo esto, la opción de viajar y colonizar Marte sigue en “quizá” hasta que la exploración del planeta rojo alcance un nuevo hito: misiones tripuladas.
Una vez que hayamos visto cómo les va a los humanos en excursiones cortas a Marte, podremos comenzar a planificar una habitación a largo plazo. Si tenemos suerte, los aterrizajes tripulados podrían ocurrir en 10 a 15 años. Aun así, no podemos descartar la posibilidad de que Musk arroje a algunos aventureros a un cohete un poco antes.