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Ciencia

La pastilla del abuelo

¿Qué es la resistencia a antibióticos? Bernardo Borkenztain analiza un problema atendible

El químico farmacéutico Bernardo Borkenztain analiza las causas que podrían llevar a que regresemos "de cabeza al siglo XIX".

13.11.2019 14:36

Lectura: 5'

2019-11-13T14:36:00-03:00
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El problema de la posible obsolescencia a futuro de los antibióticos, que nos podría mandar de cabeza al siglo XIX en materia terapéutica no es nada despreciable, como veíamos en la nota anterior.

El problema de momento es potencial, lo que implica que si bien altamente probable, no es una certeza, pero debe ser atendido con responsabilidad, y tiene causas eficientes en todos los niveles de la salud.

Veamos lo primero: el concepto de "causa eficiente" es importante porque, en épocas en que se puso de moda repetir bobadas acerca de casualidades y causalidades, es primordial recordar que en ciencia el neo causal se tiene que probar, y que, dentro de todas las posibles formas de causación, existen dos tipos, las "causas necesarias" y las "causas eficientes" que son las que se deben tratar.

Las primeras son las que si no existen no ocurre el evento consecuencia, como en el caso de las epidemias por Dengue. El vector (mosquito Aedes) es causa necesaria porque es el vector para transmitir la epidemia, pero no es eficiente porque sin la presencia del virus no se produce el contagio; la coexistencia de patógeno (virus) más vector (mosquito) constituye la causa necesaria y eficiente que produce el desastre.

En el caso de obsolescencia de los antibióticos, la causa necesaria es que la bacteria en cuestión sea capaz de generar resistencia, ya que sin ella no importan las otras que vamos a analizar, pero como esa la podemos dar por garantizada (que siempre habrá una cepa problemática con esa particularidad) las otras causas que no eran eficientes se activan y pasan a serlo.

La primera de las que vamos a analizar es a nivel de los laboratorios que investigan y comercializan medicamentos, que no invierten grandes cantidades en el desarrollo de nuevos antibióticos porque no es costo eficiente para ellos. Ganan más dinero con alternativas al viagra o similares, aunque existen institutos de desarrollo e investigación que pueden hacerlo porque la ganancia no es el objetivo primario.

La segunda es a nivel gubernamental, ya que la población (médicos y pacientes) deben ser orientados para no abusar de los antibióticos, ya que la resistencia se genera por la sobreexposición de las bacterias a los fármacos, y de ahí el hecho de que entre las peores se encuentren las infecciones hospitalarias, cuyas prácticas de manejo del tema involucra el tercer tipo de causas, la de los problemas relacionados con los medicamentos o PRM.

Un PRM es un efecto indeseable que se produce teniendo como causa un error (generalmente no intencional) en el uso de un medicamento, y en el caso de los antibióticos involucra el uso excesivo e innecesario de los mismos, como por ejemplo para combatir enfermedades virales para los que no sirven.

Si un paciente es dosificado con un antibiótico con alta frecuencia aumenta la probabilidad de que en su microbiota se generen resistencias y algún patógeno las adquiera, porque el factor que permite adquirirla es genético y las bacterias tienen la capacidad de transmitirlo aún de forma cruzada (no solo por replicación de la célula que es como se reproducen). Lo mismo pasa si la duración del tratamiento no es la adecuada (generalmente ciclos de 7 o 10 días que se deben terminar sí o sí aunque los síntomas remitan antes).

También tenemos un problema de tipo industrial, que es el uso agropecuario de antibióticos como profilaxis de problemas higiénicos o para modular propiedades del ganado, e incluso de cultivos, lo que hace que su presencia en grandes cantidades favorezca la proliferación de cepas resistentes, las que pueden llegar por varios caminos a infectar al paciente, sea por contaminación fecal de cursos de agua y el suelo, o por infección alimentaria directa, y propagándose luego eventualmente por contagio interpersonal.

Por último, el omnipresente problema de la automedicación: los pacientes compran sin receta los antibióticos (aunque en teoría está prohibido, se hace) y piden siempre "el más fuerte" pero como no están diagnosticados no saben si es el tipo o dosis adecuada (en estos medicamentos sobredosificar puede ser tan malo como subdosificar por los efectos secundarios) y no suelen seguir el ciclo completo porque lo ignoran. Aún peor, pueden ser alérgicos a la droga y no saberlo y terminar con una complicación severa.

Todo lo que hemos visto son diferentes causas eficientes del problema (no son necesarias porque pueden actuar unas sin las otras, salvo la capacidad de generar resistencia intrínseca) y deben ser atendidas sistémicamente, porque quedarnos sin esta herramienta terapéutica sin otra que la sustituya es un peligro que no vale la pena correr.

Q.F. Bernardo Borkenztain
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Twitter @berbork