¿Los artistas creativos están a salvo de la IA? La opinión de una comediante de EE.UU.

La llegada de las nuevas tecnologías siempre se convierte en un desafío y una ventaja para los seres humanos. La optimista vendría por el lado de aumentar la velocidad, la calidad y el precio de los recursos que posee una empresa y lo pesimista es que muchos de esos trabajos que cubren las nuevas herramientas eran tareas de seres humanos.

Una muestra de eso es la columna de Emily Hanley —una escritora y comediante de Estados Unidos— que se hizo viral en las redes sociales porque contó cómo perdió el trabajo con la inteligencia artificial. Publicada en el medio Insider, cuenta en su nota que es escritora y comediante de stand up y que, como la mayoría de sus colegas, tenía un trabajo diurno.

En los últimos tiempos lo hizo como redactora independiente a tiempo completo: páginas web, blogs de marca, artículos en línea, subtítulos en redes sociales y campañas de marketing, algo que no le generaba una gran cantidad de ahorros, pero que le permitía vivir cómoda.

Sin embargo, poco a poco el trabajo se fue haciendo más lento: es decir, en lugar de tener 10 asignaciones, tenía cinco y luego fue descendiendo hasta tener solo uno. Al principio pensó que era por ella, pero luego le preguntó a su editor (jefe) cuál era la razón de la disminución. En la respuesta, según cuenta, le hubiera gustado que tuviera alguna responsabilidad de su parte, pero no, estuvo centrada en que no estaban dispuestos a pagar por textos publicitarios, a menos de que el escritor también proporcione gestión de correo electrónico y un sistema de creación de embudos, debido a la nueva popularidad del Chat GPT.

“La mayoría de mis clientes eran pequeñas empresas, nuevas empresas y marcas jóvenes, que suelen ser las primeras en adaptarse a la nueva tecnología para reducir costos, también conocido como yo”, indica en la columna.

“Durante los siguientes tres meses, solicité constantemente puestos de contenido y redacción. Con cada semana que pasaba amplié el alcance de mi búsqueda, la desesperación me empujaba hacia adelante como una madre en el escenario a un niño tímido”, agregó.

Meses después de estar sin trabajo y de haber realizado un montón de entrevistas, la escritora cuenta que encontró un puesto prometedor, bien remunerado, pero que consistía en encontrar un redactor publicitario para capacitar a su fuente de inteligencia artificial y los seis meses de contrato es lo que le iba a llevar aprender a escribir, pero mejor, más rápido y barato.

Hanley considera que su pérdida de trabajo es la punta del iceberg de la caída de su profesión y consigna que diferentes empresas como Challenger y Gray & Christmas constataron la pérdida de 4.000 puestos laborales en mayo debido al incremento exponencial del Chat GPT.

“Ingenuamente supuse que los artistas y los creativos estarían a salvo de la tecnología de automatización, porque ¿cómo podría algo reemplazar la maravilla de la mente humana, e incluso si pudiera, por qué querríamos que lo hiciera? ¡Ja! Ahora entiendo que incluso en las industrias más creativas, la creatividad nunca está antes que el resultado final”, sostuvo.

“Si un robot puede hacer su trabajo por menos, es mejor que crea que eso es exactamente lo que sucederá”, concluye.