Por The New York Times | Hilary Reid

Para el verano pasado, Chanell Karr había reunido una colección de seis teléfonos fijos. El más reciente, un modelo alámbrico naranja fabricado como artículo promocional de la película de 1986 “La chica de rosa”, lo compró en junio. Aunque solo tiene conectado uno de ellos (un teléfono VTech más sobrio), todos funcionan.

“Durante la pandemia, quería desconectarme de todas las cosas que te distraen en un teléfono inteligente”, comentó Karr, una mujer de 30 años que trabaja en mercadotecnia y venta de boletos en un recinto de música cerca de su casa en Alexandria, Kentucky. “Solo quise regresar a las formas análogas originales de tener una línea fija”.

El teléfono fijo, que alguna vez fue básico en la cocina, un compañero junto a la cama y parte de la trama en comedias como “Sexo en la ciudad” y “Seinfeld”, ha sido remplazado por su versión inalámbrica más nueva y más inteligente.

En 2003, más del 90 por ciento de las personas que respondieron a una encuesta realizada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por su sigla en inglés) de Estados Unidos indicaron que tenían una línea fija en sus hogares. Para junio de 2021, ese número —que incluye teléfonos conectados a internet y aquellos cableados a la antigua (a través de líneas de cobre que van desde una vivienda hasta una caja de registro local)— se había desplomado a solo un poco más del 30 por ciento.

Pero al igual que las tornamesas y las cintas VHS, los teléfonos fijos son adoptados por entusiastas nostálgicos quienes afirman que la incapacidad de desplazarse por la pantalla y de moverse mientras se conversa son antídotos contra la fatiga visual y el hacer muchas cosas a la vez. Los usuarios aseguran que la forma curva de muchos auriculares de los teléfonos se acomoda mejor y de manera más natural contra la mejilla que el cuerpo plano de un teléfono inteligente. Además, con un dispositivo alámbrico, uno se debe involucrar más en el acto de la conversación; la llamada telefónica se vuelve más intencional.

En enero, Emily Kennedy, una gerenta de comunicaciones en el servicio público canadiense, comenzó a usar un teléfono viejo color rosa loción de calamina con dial rotatorio de la oficina de su padre como una forma de distanciarse de su trabajo en redes sociales.

Lo irónico es que Kennedy obtuvo la idea de Twitter. Cuando Rachel Syme, una redactora en The New Yorker, tuiteó en enero sobre un teléfono de línea fija que había conectado a través de Bluetooth, Kennedy fue una de muchos que respondieron que Syme los había inspirado a instalar uno propio.

“Tener mi antiguo teléfono como un objeto en mi casa es una señal de identidad de que me gustan las cosas a un ritmo más lento”, indicó Kennedy, de 38 años, quien vive en Ottawa, Ontario, Canadá.

Como Syme y muchos otros usuarios modernos de teléfonos analógicos, Kennedy no tiene cable de cobre en su línea fija (por lo que no tiene su propio número), pero usa un aditamento Bluetooth para conectarlo al servicio celular de su teléfono inteligente. (En otras palabras, cuando está conectada, puede recibir una llamada celular en el teléfono fijo).

Matt Jennings ha trabajado en Old Phone Works, una compañía en Kingston, Ontario, que reacondiciona y vende teléfonos de línea fija, desde 2011. Jennings, de 35 años, que ahora es gerente general, relató que en los últimos dos años, la demanda de los clientes por teléfonos rotatorios con colores caramelo de la década de los cincuenta y los sesenta se ha disparado.

“Hace alrededor de año y medio, se disparó por completo”, narró Jennings. “Durante los últimos seis o siete años, tal vez recibíamos una o dos órdenes, pero ahora es probable que sea una de nuestras principales fuentes de ingreso”.

Sobre lo que ha motivado el reciente deseo de los teléfonos de línea fija, Jennings señaló: “Es un regreso a lo básico”. Agregó: “En realidad, no puedes ir a ningún lado con un teléfono alámbrico; en esencia, estás limitado a un radio de 1 metro de la base. Puedes tener una verdadera conversación sin distraerte”.

Rachel Lahbabi, de 37 años, notó un aumento similar en el interés por los teléfonos fijos después de que comenzó a venderlos en línea a través de su tienda en Etsy, llamada Robert Joyce Vintage, a principios de 2021. Para octubre de ese año, se habían convertido en uno de los productos más vistos entre los que ofrece, expresó Lahbabi, quien radica en Charlotte, Carolina del Norte.

“Los que ponía en línea se iban con mucha rapidez”, mencionó. “Pensé: ‘OK, es evidente que la gente está buscando esto, así que debería enfocarme en esta tendencia’”.

Los teléfonos rosas en forma de labios han sido en particular populares entre sus clientes, comentó Lahbabi, así como los modelos que son transparentes o neón. También tienen alta demanda los teléfonos de Garfield.

Todos estos estilos, agregó, “es probable que sean similares a un teléfono que tuvieron cuando eran más jóvenes”.

En Etsy, hubo un aumento del 45 por ciento en las búsquedas de teléfonos del año 2000 y de la década de los noventa, así como un incremento del 26 por ciento en búsquedas de teléfonos rotatorios en 2021 en comparación con 2020, señaló Dayna Isom Johnson, una experta en tendencias en la compañía. Aunque muchas de las personas que han adquirido teléfonos fijos en fechas recientes los están usando con tecnología más nueva, algunos prefieren un método más tradicional.

Janelle Remlinger, de 37 años, adquirió un teléfono fijo para su casa en Plymouth, Massachusetts, en diciembre 2020, después de que una tormenta interrumpió el servicio celular en su área. Lo conectó a su módem, pero cuando Remlinger se quedó sin electricidad por ocho días durante otra tormenta en octubre, comenzó a buscar un método de conexión más confiable.

“Estoy trabajando en tener una línea fija auténtica, real, a la antigua conectada a través de cables”, relató, Remlinger.

A pesar de lo atractivos que pueden resultar los teléfonos fijos, incluso sus fanáticos más fervientes reconocen que es básicamente imposible solo usar de este tipo.

Alex McConnell, de 30 años, un banquero de atención personalizada de KeyBank en Fort Collins, Colorado, tiene un teléfono con dial rotatorio de Western Electric conectado a líneas de cobre en su hogar. El 14 de febrero, él no celebró el Día de San Valentín, sino el 146 aniversario de la presentación de la solicitud de la patente del teléfono por parte de Alexander Graham Bell.

“Preparé una comida con pimientos morrones (‘Bell’ en inglés) y galletas ‘Graham’”, dijo McConnell. “Después, hice un pastel circular al que le puse betún azul para poner encima el logo de Bell y el número original de la patente del teléfono”.

Su línea fija no solo es más confiable que un teléfono celular, aseguró, sino que también lo motiva a memorizar los números telefónicos de sus amigos, lo que él considera como una forma de cercanía.

“Ya que, de hecho, tengo que marcar los números telefónicos de mis amigos, siento que realmente me ayuda a conectarlos con la memoria”, aseveró McConnell.

Pero ni siquiera él puede evitar el llamado de la vida moderna.

“Mi vergüenza secreta es que sí tengo un celular”. Chanell Karr sostiene su teléfono naranja que se fabricó como un artículo promocional de la película de 1986 “La chica de rosa”, en Covington, Kentucky, el 16 de marzo de 2022. (Jessica Ebelhar/The New York Times) Seis teléfonos fijos propiedad de Chanell Karr, incluyendo un modelo alámbrico naranja y teléfonos diseñados para lucir como labios y una hamburguesa con queso, en Covington, Kentucky, el 16 de marzo de 2022. (Jessica Ebelhar/The New York Times)