Por The New York Times | Alice Callahan
Para quienes no tienen ese hábito, usar el rinocornio puede parecer otra moda del bienestar. Después de todo, este recipiente similar a una tetera fue popularizado en Estados Unidos por Mehmet Oz, un cirujano y personalidad de la televisión, que lo llamó “bidé nasal” en el programa “The Oprah Winfrey Show”. Él ha sido criticado por promover suplementos y productos de salud no probados.
Enjuagarse la nariz con agua salada tibia (que entra por una fosa nasal y sale por la otra), como antídoto para diversos males, como la inflamación de los senos nasales, la congestión y las alergias, quizá parezca extraño y quizá aterrador, sobre todo si has oído hablar de su correlación con las raras, pero mortales infecciones de amebas comecerebros.
No obstante, según los otorrinolaringólogos, el enjuague nasal, cuyo uso se remonta a miles de años atrás, hasta las tradiciones médicas ayurvédicas de la India, es un ejemplo inusual de una práctica que es a la vez antigua, moderna y está basada en la evidencia. Además, es segura y barata.
Tiene un “nivel de evidencia muy, muy alto, pruebas de ensayos aleatorios controlados, que muestran que funciona y ayuda”, señaló Zara Patel, profesora adjunta de Otorrinolaringología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford. Esto es lo que sabemos.
¿Por qué es benéfico el enjuague nasal?
Cuando inhalas, la mucosidad de la nariz atrapa todo tipo de partículas indeseables del aire, como virus, bacterias, alérgenos y contaminantes, explicó Rakesh Chandra, profesor de Otorrinolaringología del Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt. Los vellos nasales microscópicos barren esas partículas atrapadas, con la mucosidad, y la transportan hacia la garganta para que puedan llegar (y ser neutralizadas en gran medida) al intestino.
Este sistema de filtrado suele funcionar bien, pero en ocasiones las personas “reaccionan a los elementos que quedan atrapados en la mucosidad”, lo que provoca una inflamación que puede causar síntomas como congestión, presión y dolor, afirmó Chandra.
En estos casos las irrigaciones nasales son muy útiles. “Una de sus funciones principales es eliminar todos esos elementos para que no se acumulen en las cavidades sinusales y provoquen esas reacciones”, dijo.
También se cree que el enjuague nasal diluye la mucosidad y reduce la inflamación que puede causar la congestión. “Es como una especie de descongestionante natural”, señaló Patel.
¿En qué tipo de padecimientos ayuda el enjuague nasal?
En 2021, un equipo internacional de expertos publicó un consenso sobre la mejor manera de tratar los problemas sinusales comunes, como la inflamación crónica de las fosas y los senos nasales, que pueden provocar escurrimiento nasal, congestión, alteración del sentido del olfato y presión o dolor facial. Llegaron a la conclusión, basada en las mejores y aún limitadas pruebas, de que el enjuague regular con agua salada era uno de los tratamientos de mayor eficacia probada.
Otros estudios de menor tamaño han sugerido que los enjuagues con agua salada pueden ayudar con los síntomas de la alergia estacional o ambiental, como la congestión, el escurrimiento nasal, la comezón y los estornudos. Aunque las pruebas de que los enjuagues ayudan con estos diversos problemas nasales son de calidad variada, los expertos afirman que hay pocos inconvenientes en probarlos. “El riesgo es tan bajo y el beneficio potencial tan alto para quienes lo practican” que vale la pena intentarlo, aseveró Nyssa Farrell, profesora adjunta de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington en San Luis.
Para las personas con inflamación crónica de los senos nasales, Patel recomienda realizar dos enjuagues al día, por la mañana y por la noche. Para quienes presentan síntomas leves, un enjuague diario podría bastar. “Hacerlo de manera regular y preventiva es mucho mejor para mantener la inflamación controlada y a raya en vez de tratar de ponerse al corriente cuando la inflamación ya está en curso”, dijo.
¿Cómo se hace el enjuague correctamente?
En primer lugar, hay que elegir el aparato de enjuague. El rinocornio es solo uno de los varios dispositivos diseñados para el enjuague nasal; Patel prefiere una botella exprimible de plástico sencilla porque es fácil de usar y ofrece un poco más de presión que el rinocornio.
También existen dispositivos de irrigación motorizados, que utilizan un motor para hacer pasar el agua salada por la nariz, pero no son necesariamente más eficaces y son más caros y difíciles de limpiar, dijo Patel.
A continuación, prepara la solución de agua salada. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos recomiendan comprar agua destilada o estéril, o utilizar agua del grifo que haya hervido durante al menos un minuto y ya esté fría.
Después, agrega la sal. Lo más fácil es utilizar los paquetes de sal premezclada que son de venta libre y vienen en presentación en polvo, pero puedes hacer tu propia solución salina utilizando sal de decapado o para enlatar (no utilices sal de mesa, que tiene demasiados aditivos).
Para enjuagarte la nariz, ponte de pie frente al lavabo o la regadera, inclínate hacia adelante y mueve tu cabeza hacia un lado. Mientras respiras por la boca, presiona suavemente para verter unos 120 mililitros de la solución por la narina que tengas hacia arriba y deja que salga por la que está hacia abajo. Es probable que te entre un poco en la boca. Repite del otro lado. ¿El enjuague nasal es seguro?
Si has escuchado informes sobre enjuagues nasales que causaron infecciones mortales de amebas en el cerebro, puede ser difícil eliminar ese temor de tu mente.
“Ese riesgo es real”, afirmó Farrell, pero es “excesivamente reducido”. Hasta donde sabe, se han registrado unos tres casos en la bibliografía médica de Estados Unidos en la última década. Todos ellos se asociaron al enjuague con agua no tratada o mal tratada.
El agua del grifo puede contener niveles bajos de amebas y seguir siendo segura para beber, porque los jugos gástricos pueden matar estos organismos; sin embargo, no es seguro introducir agua del grifo en tu nariz.
¿Los enjuagues nasales pueden ayudar a tratar el COVID-19?
La vía principal de contagio del coronavirus es la nariz, por lo que a principios de la pandemia los médicos e investigadores se preguntaron si los enjuagues nasales podrían ayudar a tratar las infecciones por COVID-19.
Este mes se publicó un estudio de pacientes con COVID-19, diagnosticados hace poco, en el que los investigadores descubrieron que, en comparación con los participantes que no se hicieron ningún enjuague nasal, quienes se enjuagaron con una solución salina dos veces al día durante 21 días no experimentaron ninguna mejora en sus síntomas y tenían la misma cantidad de coronavirus en sus narinas.
Justin Turner, uno de los autores del estudio y profesor adjunto de Otorrinolaringología en el Centro Médico de la Universidad de Vanderbilt, dijo que le sorprendían estos resultados, pero otro experimento del estudio ofrecía una explicación. “El virus se produce con tal rapidez que, por mucho que te enjuagues, el virus se produce de manera continua”, explicó. Para quienes no lo practican, el rinocornio quizá parezca otra moda del bienestar, pero el enjuague nasal se ha utilizado durante miles de años para aliviar la inflamación de los senos nasales, la congestión, los síntomas de alergia y más. (Tyler Comrie/The New York Times).