¿Acaso descarbonizas, hermano?

Por The New York Times | Nell Gallogly

Los hermanos de la descarbonización creen que todo va a estar bien. También creen que las cervezas India pale ale son lo mejor para acompañar esas charlas que tienes en una fiesta sobre la gestión de redes de distribución eléctrica inteligente y la infraestructura de los vehículos eléctricos. Creen en intercambiar memes en Twitter y en grupos en aplicaciones de mensajería, creados en torno a su entusiasmo por la tecnología como respuesta a un futuro con menos emisiones. Y estos hermanos, una afiliación informal compuesta principalmente por jóvenes investigadores, trabajadores de tecnología climática, formuladores de políticas y personas que los siguen en línea, creen en burlarse de sí mismos, al menos un poco. De hecho, “hermanos de la descarbonización” es un término que han adoptado independientemente de la identidad de género o la capacidad para levantar pesas.

En lo que no creen en absoluto es en regodearse en el pesimismo.

“Estamos en contra del fatalismo”, dijo Billy Casagrande, quien trabaja en Scale Microgrids, una empresa emergente de tecnología climática. Se refería a la visión pesimista de que la humanidad ha pasado el punto de poder hacer algo respecto al cambio climático.

El consenso entre los jóvenes parece ser “que estamos jodidos en lo que respecta al clima”, continuó el autodenominado entusiasta de la descarbonización. Casagrande, de 25 años, uno de las decenas de asistentes a una reunión mensual en Nueva York para aficionados de la energía limpia, cree que existe una alternativa.

“Las soluciones ya existen. Solo tenemos que implementarlas”.

“Implementar” se ha convertido en un grito de guerra para los hermanos de la descarbonización. Estos argumentan que la implementación de soluciones de tecnología climática ?paneles solares, turbinas eólicas, bombas de calor, automóviles eléctricos, alternativas a la carne (la lista es larga)? descarbonizará la economía y generará rendimientos financieros espectaculares. “El movimiento ambientalista tradicionalmente se ha considerado altruista”, dijo Kyri Baker, profesora asistente de ingeniería en la Universidad de Colorado y autoproclamada hermana de la descarbonización. “Antes se trataba de dar cosas y hacer sacrificios”. El hermano descarbonizador subvierte esas asociaciones al rechazar el fatalismo puro y poner su fe en la innovación empresarial y el gasto público. Históricamente, la etiqueta de “hermano” ha estado asociada con connotaciones negativas de masculinidad tóxica y exclusividad, señaló Baker. Pero ella piensa que el término está experimentando un cambio y adquiriendo un estatus de incluyente respecto al género. El hermano de la descarbonización es “alguien que está trabajando por algo que nos importa a todos” sin adoptar el tono sacrificado del ambientalismo tradicional, mencionó. Baker ve aspectos de la cultura de los hermanos de la descarbonización como un antídoto contra la torpeza y pretenciosidad de algunas partes del movimiento ecologista. En particular, citó la cuenta de Twitter “Bros for Decarbonization”, que comparte memes que conectan las actividades aprobadas por los hermanos, como beber, levantar pesas y ganar dinero, con la descarbonización de la economía. Baker, una levantadora de potencia competitiva, amaba las frecuentes referencias de la cuenta a las actividades de gimnasio. “Es de hermanos guardar tus pesas”, dijo. “Es de hermanos eliminar tus emisiones de carbono”. Al igual que Baker, James McGinniss, el fundador de David Energy, una empresa emergente de tecnología climática con una inversión de más de 20 millones de dólares, sintió que “el ambientalismo simplemente no estaba funcionaba como narrativa”. Tal como lo ve Casagrande, la única manera de lograr cero emisiones netas de carbono para 2050 es a través de la abundancia, es decir, de la construcción de cosas que reduzcan las emisiones y que la gente quiera comprar.

Emplear una mentalidad comercial para desarrollar en gran escala la tecnología descarbonizada significa tentar a los consumidores con productos que sean atractivos no solo por su menor emisión de carbono, sino también por ser más rápidos (como los vehículos eléctricos de alta torsión), más baratos (como la electricidad casi gratuita de los paneles solares) o más geniales (esto ya es un poco subjetivo). La filosofía de los hermanos de la descarbonización (“la recompensa en lugar del castigo”) tiene al menos un seguidor en Washington. Jigar Shah es el director de la Oficina de Programas de Préstamos del Departamento de Energía, la cual proporciona financiamiento de deuda para proyectos de energía. Shah con frecuencia interactúa con la cuenta de Twitter “Bros for Decarbonization” respondiendo a sus tuits y enfatizando su filosofía a favor de la tecnología y el crecimiento. “El movimiento ambiental moderno trata de acelerar las soluciones climáticas a través de la tecnología”, dijo Shah en una entrevista. “Los hermanos de la descarbonización demuestran que esa persistencia” y “enfocarse en lo positivo” es importante para avanzar en ese objetivo.

Incluso hablar de automóviles y otros bienes que comprar (sin culpa) es un cambio real en la imagen del ambientalismo, dijo Baker. Practicar el ambientalismo solía implicar reducir el tamaño del automóvil o comprar menos cosas. Ese ya no es el caso.

“¿El Nissan Leaf? Ese no es un auto genial”, dijo. “Pero subirte a un Tesla… Eso sí es indescriptible”.

Además, los hermanos de la descarbonización podrían encontrarse con que se está contratando gente. El año pasado, se anunciaron más de 64.000 millones de dólares en financiamiento nuevo para compañías que invierten en empresas emergentes climáticas, según el boletín Climate Tech VC. El entusiasmo ha persistido a pesar de los temores de una recesión. El optimismo en relación con la tecnología, el antipesimismo y el antifatalismo de los hermanos de la descarbonización permean el ecosistema de la tecnología climática, aseguró McGinniss, el fundador de David Energy. En su opinión, la tecnología climática se incorpora al optimismo: “Ya hay soluciones increíbles”.

La tecnología climática es “brillante, lustrosa, nueva, es una oportunidad por donde la mires”, comentó Naya Shim, becaria asociada en un programa de tecnología climática. “Es una mina de oro”. Según Shim, también hay una urgencia social por resaltar los beneficios económicos del movimiento climático. Si bien no se considera una hermana de la descarbonización, ha notado el impacto de su mensaje de oportunidad económica en sus compañeros.

La gente solía querer trabajar en criptografía o aceptar trabajos bien remunerados en empresas de software que venden anuncios. Ahora Shim se siente alentada al ver que más de sus amigos, incluso aquellos que considera “hermanos de las finanzas”, quieren trabajar en asuntos climáticos.

“La próxima sensación es el planeta”, aseveró. “Sin este, no habrá tókenes no fungibles”. Kyri Baker, en el Laboratorio Nacional de Energía Renovable a las afueras de Boulder, Colorado, el 15 de abril de 2023. (Carl Bower/The New York Times) Billy Casagrande, quien se describe como un hermano de la descarbonización y trabaja en Scale Microgrids, en Brooklyn, Nueva York, el 16 de abril de 2023. (Gili Benita/The New York Times)