Pensémoslo así: hay cuatro escenarios posibles para la gandería por delante.
Escenario 1: daño grave. La sequía termina en marzo y se demoran las heladas, el desastre se contiene en las proporciones que tendrá al 15 o 20 de marzo. Se pierden 400 mil terneros; de los 2,9 millones de los últimos años la producción 2024 cae a 2,4 o 2,5 millones. Las vacas se reponen para el siguiente entore. El daño es muy importante pero acotado.
Escenario 2: daño muy grave. La sequía se prolonga a abril, las heladas llegan junto con las lluvias. Pérdidas más abultadas en terneros y dificultades para el próximo entore, reducción importante del rodeo de vientres, escasez de terneros en 2024 y 2025.
A partir de octubre…
Escenario 3: escalada de precios. China afianza su recuperación, los precios de exportación se mantienen firmes, algo por encima de los niveles actuales, El Niño significa lluvias importantes en la primavera. ¿Ganado gordo a US$ 5? ¿Ternero a US$ 3?
Escenario 4: buenos precios sin euforia. Ya sea porque China no crece tanto o porque las lluvias se normalizan muy gradualmente sin habilitar retención de ganado y/o alejando la necesidad fuerte de comprar por exceso de disponibilidad de pasto. Precios altos para el gordo, pero en el orden de US$ 4,20 a 4,40. ¿Precio del ternero 2,60?
¿Qué opina el lector? ¿Qué combinación de escenarios configura el trayecto más probable de 2024? 1 y 4 es la mejor combinación, pero ¿cuál es la más probable?