La producción mundial de leche sigue creciendo pero perdiendo impulso, señaló el banco especializado en materias primas Rabobank en su informe trimestral “Global Dairy Quarterly Q2 2023: It’s Always Darkest Before the Dawn”, publicado la semana pasada.
Después de una contracción prolongada de cinco trimestres —que terminó en el tercer trimestre de 2022— la producción mundial de leche comenzó a expandirse modestamente, de la mano de una recuperación en la Unión Europea (UE) y EE. UU.
Oceanía y América del Sur mantienen una producción en baja en el primer semestre de 2023. El clima seco en América del Sur y partes de Europa “podría ser un factor clave que afecte la producción, particularmente en Europa, durante el tercer trimestre”, apuntó el reporte.
Costos de insumos más bajos dan cierto alivio a los márgenes de los productores. El optimismo continuo sobre la cosecha de maíz de segunda en Brasil, sumado a las grandes exportaciones de granos de Rusia, la renovación del acuerdo del corredor de granos entre Rusia y Ucrania, una buena cosecha esperada en la UE y la siembra acelerada de maíz en EE. UU., continúan presionando los precios a la baja. Comida para al ganado más barata da cierto alivio a los productores lecheros, teniendo que cuenta que los precios de leche al productor están cayendo a nivel mundial.
El crecimiento de la producción de leche en China continúa mientras que las importaciones disminuyen. La expansión de las granjas y las ganancias continuas en la productividad están impulsando el crecimiento de la producción nacional.
Las importaciones de lácteos por parte de China retrocedieron en el primer trimestre de este año, lo que agregó presión a los precios mundiales ya más débiles a corto plazo.